Es una tendencia constante desde que el euríbor se pusiera en negativo hace un año y medio. Se trata de los contratos hipotecarios a tipo fijo. Los últimos datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE) revelan que solo el 41,1 % de las nuevas hipotecas se formalizó con un tipo de interés variable. El resto, por tanto, fue fijo. De ese 58,9 %, 28 puntos corresponden a los que se extienden durante toda la vida del préstamo y los otros 30,9, a los que llegan solo hasta los diez años.

Al cierre de 2016, los contratos a tipo de interés variable representaban el 46,3 %, es decir cinco puntos más que al finalizar el primer semestre de 2017. La distancia es sideral respecto a 2015, cuando se situaron en el 62,9 %. j. c. valència