La cadena de gimnasios que explota la marca del futbolista Cristiano Ronaldo (CR7) realizará la semana que viene en Feria València su puesta de largo para la expansión que planea en España y Portugal. Después de ensayar con éxito la experiencia piloto del negocio en Madrid, con dos gimnasios propios, la firma Spain Fitness Ventures LP va a empezar en el próximo Salón de la Franquicia la búsqueda de inversores para expandir el negocio en toda España y Portugal bajo este formato empresarial.
"València es una ciudad importantísima para nosotros, por población. El negocio necesita ciudades de entre 125.000 y 150.000 habitantes, con lo que València dará para dos o tres franquicias", explica Nicolás Visiers, director de operaciones para España y Portugal. "La mayoría de negocios se enfocan en Madrid y Barcelona, pero València es espectacular, no solo por población sino porque es una ciudad que se vuelca con el deporte", añade.
Crunch Fitness es una marca de gimnasios reconocida en Estados Unidos. La firma Spain Fitness Ventures, radicada en aquel país, es la sociedad franquiciadora de Crunch Fitness para llevar la expansión en la península, y ha creado esta especie de joint venture con la firma CR7 para impulsar el desembarco en España. "Les pareció que la asociación con Crunch daba un posicionamiento ideal para llegar a sus fans", señala.
Según parece por la primera experiencia en Madrid, no se trata precisamente de una oferta elitista. "Está enfocada al high value low cost", señalan los impulsores, lo que se traduce en tarifas desde doce euros al mes.
Más costosa es la inversión. Según explica Visiers, el canon de entrada es de 30.000 euros por diez años, más royalty del 5,5% sobre las ventas. Es lo menos importante. La mayor inversión procede de la construcción o adaptación del local, con lo que puede llegar desde los 200.000 a los 700.000 euros, además de la maquinaria. Se requieren además establecimientos urbanos, ya que el programa de expansión exigen alta densidad de población.
"Desde el punto de vista del inversor es extraordinario el soporte de la marca CR7", señala Visiers. Pone un ejemplo: la marca Crunch tiene en Instagram alrededor de 20.000 seguidores en EE UU, donde cuenta con una amplia red; en pocos meses en Madrid, asociado a la imagen del futbolista, ya acumula 80.000. "La fuerza de la marca es espectacular y ayuda a conseguir que el club tenga atracción rápidamente", concluye.
No es extraño ver, cada vez con más frecuencia, a los grandes futbolistas embarcados en estas aventuras empresariales, más allá de la inversión inversión inmobiliaria. En la era del fútbol global, los ases de este deporte han pasado de empleados en nómina de un club a multinacionales que prestan sus servicios al equipo del mismo modo que ceden su marca a un perfume o una firma de ropa.
Ronaldo constituyó en 2013 la firma CR7, y desde entonces ha asociado su nombre a una cadena hotelera (la portuguesa Pestana), a líneas de ropa o perfumes. La de los gimnasios ha sido la última incursión en el ámbito de los negocios. Otro futbolista, Fernando Torres, también colocó su marca en un club deportivo en Madrid.
