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Dinero programado, pero sin marcha atrás

Los manuales elementales para los aficionados a invertir en bolsa sugieren establecer unos precios de compra y otros de venta para cada valor. Cuando las acciones valgan diez euros, la orden es vender. Cuando valgan ocho, la orden es comprar. No hace falta una máquina, cualquier humano puede hacer eso. Pero las monedas virtuales permiten combinaciones mucho más sofisticadas. Cualquier inversor particular puede establecer las circunstancias en las que se ejecutará una orden determinada. Si no llueve en los próximos dos meses, está cantidad de dinero se destinará a comprar camiones cisterna. Cualquiera puede adherirse a la apusta y comprometer cualquier cantidad de criptomonedas. Pero una vez ahí, no podrá recuperarlas hasta que se den las condiciones previstas. Como quien juega a la bolsa.

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