La batalla interna entre el PSPV y Compromís en el seno de la Conselleria de Economía se ha cobrado una nueva víctima en el campo socialista. En este caso se trata del director general de Industria, el exalcalde de Elx Diego Maciá, quien el pasado mes de septiembre presentó su dimisión ante el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como acto de protesta por la laminación de competencias puesta en práctica por el conseller Rafa Climent. En el fondo, la pugna es consecuencia de una de las decisiones del pacto del Botànic, es decir, el mestizaje en las diferentes consellerias para que los dirigentes políticos de Compromís y PSPV se controlaran recíprocamente.

Economía Sostenible cayó del lado de Compromís y, desde un principio, las relaciones con los dirigentes socialistas designados para ese departamento han sido claramente enconadas. La primera batalla se saldó en agosto de 2016 con la dimisión de la secretaria autonómica de Economía, María José Mira, enfrentada con Climent a cuenta de los horarios comerciales. Mira fue trasladada a la secretaría autonómica de Modelo Económico en la Conselleria de Hacienda (PSPV) y en su lugar entró la también socialista Blanca Marín. La dirección general de Industria y Energía pasó a ocuparla Maciá pero se desgajó de la misma el Ivace, cuya dirección general correspondió a la antecesora de Maciá, Júlia Company.

Separación

Esa separación en Industria no gustó a los socialistas, porque entendían que el citado instituto era el instrumento clave para la política industrial y separarlo de la dirección general implicaba al menos descoordinación. La gota que ha colmado el vaso y ha convertido la situación «en insostenible» según una fuente consultada por este diario es la aprobación el pasado julio del nuevo reglamento orgánico y funcional (ROF) de Economía, que supuso un nuevo recorte de competencias -hubo uno previo en octubre de 2016- para el departamento que dirige Maciá, a quien se le arrebataron otras capacidades políticas relacionadas con los institutos tecnológicos o la innovación.

Fue entonces cuando Maciá, según confesión propia, planteó por primera vez a Puig su dimisión, una opción que consumó a la vuelta del verano y confirmó en septiembre tanto al presidente de la Generalitat como al conseller Climent. El exalcalde ilicitano, tal como explicó ayer a este diario, considera que ya ha culminado la parte sustancial de sus objetivos con la elaboración de la ley de áreas industriales o el plan de seguridad industrial, pero seguirá en su puesto hasta que el Consell nombre a su sucesor.

El punto de vista desde Compromís no es el mismo, claro está. Así, desde esta formación política afirman que «ellos [en referencia a los socialistas] dicen que se les quita competencias, pero lo que ha pasado es normal porque Industria era antes una sola parcela y ahora son dos direcciones generales. Ellos creen que les quitamos muchas y nosotros creemos que les quitamos pocas». Y concluyen con el quid de toda esta cuestión: «Están creando un malestar injustificado porque esta conselleria es de Compromís».

Esta fuente apunta que en la dimisión de Maciá ha influido otro factor y es la minoración presupuestaria que ha sufrido una de las políticas clave de su departamento, como es el desarrollo de la ley de áreas industriales. La necesidad de hacer ajustes afecta sobre todo a los programas que se ponen en marcha y no a los que vienen de atrás, según esta fuente, y eso ha provocado que el dinero destinado para esa legislación sea solo la mitad de lo inicialmente previsto. «Pero eso está aprobado por Hacienda, que es del PSOE», concluyen en Compromís. Claro que el recorte a Industria fue muy superior al del Ivace y es Economía la que envía a Hacienda su presupuesto, dicen los socialistas.