? Benidorm aguanta el tipo. La capital de la Costa Blanca maneja unas previsiones de reservas de público británico para el próximo verano que superan en un 1% las que había el pasado ejercicio. Parece poco pero no lo es. Mantiene el ritmo tras absorber a millones de turistas desviados de destinos tóxicos los últimos años por sus problemas de seguridad.

«La fidelidad y la satisfacción es alta», celebran Toni Mayor, de la patronal Hosbec, y el alcalde Toni Pérez. La apuesta, señalan, no va a ser competir en precios con aquellos países, una batalla perdida. «Preferimos bajar un 80% de ocupación que renunciar a precios razonables», añade Mayor.

La estrategia, así, pasa por seguir aumentando la calidad. En estos momentos hay 90 millones de inversión en marcha entre reforma de habitaciones y nueva planta hotelera. 1.500 habitaciones que generarán tres mil camas más. La ciudad turística compacta, dicen, sigue atrayendo a los gigantes. La quiebra de Monarch ha hecho desaparecer casi 800.000 plazas de avión al Altet. En pocos días, Easy Jet, Jet 2, TUI y Thomas Cook, han absorbido esa capacidad.