El vanguardismo tecnológico de la planta de Lafarge en Sagunt le ha convertido en el suministrador ideal de clínker para la ciudad de París, que necesita un hormigón muy específico debido a las bajas temperaturas de su subsuelo. Así lo explicó el director saliente de la cementera, Miguel Ángel Urbano, quien destacó que este producto bajo en alcalinos «solo lo fabricamos nosotros en España y Francia».

De esta forma, la empresa se garantiza durante los próximos tres años la producción de 250.000 toneladas de este clínker bajo en alcalinos, que se trasladará en barco desde Sagunt y se transformará en cemento para la capital francesa. Este contrato supone un paso más en la estabilidad de Lafarge en la localidad y se traduce también en la previsión de recuperar el 100 % de la actividad productiva de la planta, que no se alcanza desde hace una década.

Tanto estas exportaciones, que en su conjunto alcanzarán el próximo ejercicio cerca del 40 % del volumen de negocio, como el previsible crecimiento «en dobles dígitos» del sector nacional de la construcción, según apuntó Urbano, también tienen su repercusión en el empleo, donde Lafarge está en pleno proceso para la incorporación de una docena de trabajadores.

Además de esta ampliación de la plantilla, que ahora ronda los 140 directos y unos 360 indirectos, la aceleración de los ritmos de producción, que han pasado este año de una estimación por debajo del 50 % a un promedio del 75 %, se va a notar ya estas Navidades, pues este año las máquinas seguirán a pleno rendimiento cuando los trabajadores ya se habían acostumbrado a descansar por las paradas programadas.

Pero más allá del contrato con París, el gran paso para la estabilidad de Lafarge en Sagunt fue la concesión por parte de la Conselleria de Medio Ambiente de la prórroga durante 25 años del permiso de ocupación en la cantera del Salt del Llop, polémico acuerdo adoptado contra el criterio de parte del gobierno local de Sagunt y de los técnicos municipales.

Renovación sistemas de control

Esta autorización se agotaba este mismo mes y el retraso en su aprobación puso el freno a inversiones en la cementera, que ahora se han desbloqueado. Urbano, quien en breve será sustituido como director por José Luis Coleto, anunció que la previsión en 2018 es dedicar 4 millones de euros a la renovación de servicios «clave» de demanda y control, así como otros 2 millones para la renovación programada de diversa maquinaria.