Durante la tarde de ayer, los restos de Juan Lladró permanecieron en el Tanatorio Municipal de València, hasta donde se acercaron numerosas personalidades del mundo empresarial y allegados de la familia Lladró para mostrar sus condolencias a los parientes. El funeral tendrá lugar a las 10.45 horas de hoy en la capilla del mismo tanatorio y será enterrado en el Cementerio General de la ciudad.

Juan Lladró era el mayor de tres hermanos, junto a José y Vicente, con los que creó en la década de los años 50 del siglo pasado la que sería una de las compañías más importantes del país. Sinónimo de lujo, Lladró situó sus creaciones en los escaparates de las avenidas más exclusivas del mundo. De hecho, los hermanos ceramistas, llegaron a situarse en el puesto 71 de los 100 españoles más ricos, según la lista Forbes sobre las principales fortunas de España.

El salto de Almàssera al mundo

Los comienzos de esta brillante trayectoria empresarial se sitúan en la localidad valenciana de Almàssera donde nacieron los tres hermanos. Juan, lo hizo en el año 1926 y le seguirían José, en 1928 y Vicente, el pequeño, en el año 1933. De familia humilde vinculada a la actividad agraria, Juan Lladró Dolz y sus hermanos elaboraron sus primeras creaciones en un pequeño horno moruno que tenían en el patio trasero de su casa natal durante las tardes libres ya que durante las mañanas, Juan trabajaba en una fábrica de azulejos donde pintaba platos junto a su hermano José, y Vicente formaba parte de la plantilla de una empresa de aislantes de porcelana. Además, la inquietud por mejorar en su trabajo le llevó a formarse y aprender técnicas de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de San Carlos.

En el año 1958 es cuando Juan y José deciden dar el salto empresarial y dedicarse de lleno a sus creaciones. Para ellos se trasladan a una nave en la población vecina de Tavernes Blanques. A finales de esta década abren su primera tienda en València a la que pronto le seguirían otras dos.

Durante la década de los 60 es cuando se produce el despegue de la firma que llega al mercado estadounidense donde se hizo un hueco entre las marcas más cotizadas entre las clases altas de la sociedad americana. De hecho, este mercado se mantuvo fiel hasta los momentos más duros de la crisis. Junto a Japón, Estados Unidos fue uno de los principales clientes de la empresa y, por supuesto, uno de los destinos más potentes de sus exportaciones.

Durante los siguientes 40 años la empresa logró hacerse un hueco en los domicilios de la mayoría de la clase media y alta española que mostraban en sus estanterías una de las figuras salidas de la Ciudad de la Cerámica, complejo inaugurado en el año 1969 y que además de las oficinas y la fábrica, incluía unas instalaciones deportivas para los trabajadores.

Fue en 2007 cuando se produce un punto de inflexión en la trayectoria de la empresa. Hasta ese momento, cada uno de los hermanos contaba con el 33 % de la compañía, pero ese año, tras arduas negociaciones y enfrentamientos familiares, Juan se hace con el 70 % de la compañía quedando el 15 % en manos de José y el otro 15 % en las de Vicente. Ese mismo año, una de las hijas de Juan, Rosa Lladró, se convierte en la presidenta de la empresa, cargo que ostentaría hasta enero de 2017, momento en el que se produce la venta de la firma al Grupo PHI Industrial, experto en adquirir empresas con problemas, tras diez años de crisis en la empresa.