Un consorcio tecnológico formado por Ainia, las empresas Ingeniería de Verificaciones Electromecánicas y Mantenimientos (IVEM) e Instalaciones Industriales Grau, con la colaboración de Anecoop, ha desarrollado una innovadora planta piloto capaz de regenerar y reutilizar las aguas residuales procedentes del lavado de los cítricos en la post cosecha.

El lavado de productos citrícolas durante la post cosecha puede llegar a requerir hasta 1.000 litros de agua/hora por cada línea de confección, lo que supone un consumo diario de 50.000 litros de agua potable para un almacén que procese 1.000 toneladas de cítricos/día. Este proceso de lavado genera a su vez aguas residuales que contienen los compuestos empleados para minimizar las pérdidas de producto asociadas al deterioro o la podredumbre de éste antes de su llegada al consumidor final.

El prototipo demostrativo, con capacidad para regenerar hasta 1.000 litros de agua por hora, está constituido por un tren de tecnologías de tratamiento de aguas que incorpora procesos sinérgicos. En primer lugar, el agua procedente de las lavadoras de cítricos se filtra para reducir la concentración de partículas en suspensión. El agua filtrada, a continuación, se somete a un proceso de oxidación avanzada basado en la combinación de ozono y radiación ultravioleta, el cuál elimina tanto contaminantes emergentes como microorganismos.

La planta, que se testará en la cooperativa de Bétera Coabe, supone un respaldo para el sector agroalimentario en sus acciones por realizar un uso responsable y sostenible del agua como recurso limitado y cada vez más valorado por los consumidores.