La reciente adquisición por parte de Navieras Armas del 92,71 % de Trasmediterránea en manos de Acciona continúa pendiente del visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que también ha recibido diversas denuncias. Una de estas es la formulada por el capital de la Marina Mercante Rafael Rosselló Cuervas-Mons, quien asegura en su escrito ante la CNMC que dicha venta «provocaría una situación de monopolio en las líneas de Nador, Melilla y Canarias, así como en la actividad logística de Canarias».

Según este representantes del sector, las mencionadas rutas son consideradas de «interés general» por lo que la posible situación de monopolio sería «absolutamente insostenible». Al margen de estos razonamientos que harían inviable esta adquisición, «si se llegase a producir esta venta y Trasmediterránea-Armas fuese a la quiebra se produciría un estado de orfandad en una serie de rutas de interés general y provocaría un absoluto monopolio de la naviera Baleària». En su opinión, también se provocaría un «serio peligro de supervivencia del cabotaje nacional y del futuro de la Marina Mercante de España».

Según el marino mercante Rafael Rosselló «hay indicios de que la situación financiera de Navieras Armas no es de la solidez suficiente para enfrentarse a una adquisición de esta envergadura, con lo que se convierte en una operación de alto riesgo con más posibilidades de acabar en un quiebra que de ofrecer una alternativa a las necesidades del Grupo Acciona».