Bankia ya ha puesto números al impacto que el ERE por la absorción del Banco Mare Nostrum (BMN) va a tener en los territorios donde opera. De los 2.510 que inicialmente se van a ver afectados por el expediente, 1.270 corresponden a la red de oficinas, 16, a la de empresas y 1.224, a servicios centrales. La Comunitat Valenciana se ve concernida en los dos primeros casos, dado que el tercero implica a los territorios de origen de las cajas que crearon BMN: Caja Murcia, Caja Granada y la balear Sa Nostra.

Según los datos facilitados por la entidad al comité de empresa en la primera reunión formal para negociar el ERE, el pasado jueves, de los 1.286 que suman las redes de oficinas y empresas, 191 despidos se formalizarán en la Comunitat Valenciana. La cifra es la suma de los 122 en las sucursales (Alicante, 60; Castelló, 19; y València, 43), de los 66 de personal no activo porque está en excedencia o en suspensión pero con derecho a regresar (Alicante, 24; Castelló, 8; y València, 34) y de los 3 de un acuerdo marco sobre optimización en las oficinas. Esos 191 equivalen al 14,9 % del total y sitúa a la Comunitat Valenciana entre las más damnificadas, junto a Murcia, Andalucía y Baleares.

Dado que las sucursales de BMN son más pequeñas que las de Bankia y tienen de media tres trabajadores y que será esta red la que sufra más cierres, las fuentes sindicales consultadas por este diario temen que al final el número de oficinas que vaya a clausurar la entidad sea de unas 350, unas 200 por encima de las 145 que ha anunciado oficialmente. Lo cierto es que una simple división de los 1.270 empleados a amortizar en la red por tres trabajadores ofrece una cifra de 423.

Sea como fuere, los sindicatos confían en que, cuando termine la negociación del ERE recién iniciada, el número de incluidos en el ERE se aproxime al de los trabajadores de la nueva Bankia que tienen más de 55 años. Se trata de unas 2.100 personas, de las cuales unas 600 están en la Comunitat Valenciana y otras 800, en Madrid. El propósito de las centrales es que los despidos se cubran de forma voluntaria y que luego se recurra a la movilidad geográfica para compensar la falta de personal que se produciría en aquellos territorios, como el valenciano, con más empleados mayores de 55.