El goteo de empresas catalanas que se están trasladando a la Comunitat Valenciana continúa y ya son más de tres mil las empresas que han abandonado esa comunidad ante la inestabilidad política y económica. Las grandes corporaciones que han decidido salir de Cataluña no lo hacen solas. También migran el resto de mercantiles de sus respectivos grupos.

Es el caso de Pirelli, que hace unos meses decidió trasladar la sede de su filial española a la capital del Túria. Ahora es Omnia Motor SA, la red de talleres del grupo especializada en neumáticos y mecánica rápida, la que también ha movido su cuartel general desde l'Hospitalet de Llobregat al mismo edificio de oficinas de València, en la calle Fontanars.

Esta cadena de talleres, en marcha desde 1933, está presente en prácticamente todas las comunidades autónomas, con 18 puntos de atención. En la C. Valenciana cuenta con establecimientos en Castelló, València y Sedaví.

Desde el referéndum del pasado 1 de octubre, la fuga de empresas catalanas hacia la C. Valenciana ha sido una constante. Comenzaron las entidades bancarias y aseguradoras, con CaixaBank, Sabadell y Mediolanum como casos más destacados, pero también con las multinacionales que tenían en Cataluña la base para su operación en España. Como Idilia Foods, fabricante de Nocilla o Cola Cao entre otros, además de la propia Pirelli o de la multinacional de transporte de paquetería MRW.

Importantes empresas de sectores como el químico (Linde) o el envase (Amcor) pusieron rumbo a València, aprovechando que cuentan con plantas de producción en este territorio.

Pero la diáspora de mercantiles ha afectado también a pequeñas empresas. Sin ir más lejos, ayer se hizo público el traslado a una calle del centro de València de la mercantil Mila Fibres SL, con sede en Cervelló (Barcelona). Se trata de una compañía dedicada al diseño, fabricación y distribución de tejidos de alta calidad de algodón para confección de prendas de infantil, mujer y puericultura.