El top ten de los oficios más demandados por la industria son soldadura, matricería, calderería, máquinas- herramienta, programación, electricista, electromecánica, electricidad de motores, sistemas térmicos y fundiciones.

Aunque los directores comerciales suelen ser los puestos más complicados de localizar tras la recuperación económica, los técnicos cualificados en oficios industriales generan auténticos quebraderos de cabeza a los máximos responsables de Recursos Humanos. Y si no, que se lo pregunten a Juan José Ridaura, director de esta área en Stadler España, multinacional de capital suizo fabricante de material ferroviario con planta en Albuixech. Cuenta Ridaura que la media de edad de los soldadores y caldereros en esta industria de trenes ronda los 35 años -por cierto, casi todos varones- y debe rebuscar en todos los rincones de la geografía española para encontrar «una profesión que bien puede calificarse como elitista» y cuyo período de formación profesional resulta complejo, difícil y costoso.

Los soldadores de Stadler -equipados con mandiles, polainas, guantes, escafandras, proyectores de aire y máscaras con cristales inactímicos (todo ese uniforme pesa entre seis y siete quilos)- realizan un trabajo de mucha precisión. Algunos proceden del sector naval o bien del montaje de carrocerías de instalaciones industriales. Grandes empresas como Stadler, aunque también del sector del automóvil y su industria auxiliar han tenido que poner en marcha sus propias Escuelas de Aprendices para formar empleados, así como estrechar lazos con centros de Formación Profesional como cantera de futuros empleados.

En estos últimos años Stadler ha recibido 71 becarios, y ha contratado a 15. Uno de los últimos es Daniel Latorre Álvarez, joven de veinte años de la Malva-rosa que de niño ayudaba a su abuelo en el taller encendiéndole el soldador y que ocupó el segundo lugar más alto del podio de los mejores soldadores de España. Stadler lo contrató. El joven estudiante del Centro Integrado Público de Formación Profesional Ciutat de l'Aprenent de València ganó recientemente en Madrid la medalla de plata de la especialidad de soldadura en la olimpiada estatal de FP SpainSkills. «Es una caso excepcional», explica Ridaura.

Las empresas, explica este directivo, «alerta de la escasez de técnicos con FP para las fábricas ya que casi todas las firmas del sector tienen déficit de profesionales y existe un número creciente de compañías que tienen que viajar por toda España para encontrar mano de obra capaz de cubrir áreas sensibles como las de soldadura y calderería, claves en la industria del transporte ferroviario», puntualiza.Áreas con carencia de personal

Según un informe de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), las carencias de personal en las fábricas se centran en áreas de maquinaria, instalaciones, mecánica, electrónica, sistemas de control, informática y sistemas de diseño.

En muchos casos, esas especialidades se pueden incluir bajo el paraguas de la mecatrónica, un área técnica muy presente en la mayoría de las instalaciones productivas.

¿Es usted un buen soldador, matricero, calderero o programadores de máquinas-herramientas con control numérico? «Pues ya tiene trabajo», aseguran los empresarios del sector del metal consultados.

Perfiles tecnológicos

El presidente de Femeval, Vicente Lafuente, reconoce que la organización empresarial «siempre ha considerado a la industria como el motor del crecimiento sostenible de la economía valenciana, como el sector más productivo, más innovador, menos especulativo, más exportador y abierto a los mercados globales y un gran generador de empleo cualificado».

En ese sentido, advierte que se detecta una mayor demanda de puestos de trabajo relacionados con las ingenierías, perfiles tecnológicos, responsable para todas actividades del proceso productivo, instalaciones de fontanería y gas, frigoristas, así como operarios para procesos de mecanizado, entre ellos torneros, soldadores o fresadores. «Esas ofertas -explica Lafuente- no son cubiertas, por lo que desde Femeval nos vemos en la obligación de exigir una vez más que se potencie la formación en estas áreas laborales si queremos contar con una base sólida de personal cualificado y competitivo», agrega.

Un sector en continua innovador

Los empresarios del metal estiman que, en Europa, aproximadamente un 80% de los equipos de trabajo tienen menos de 10 años de antigüedad, mientras que únicamente un 20 % de los trabajadores españoles han finalizado su formación en los últimos 10 años. A través de esta sencilla comparativa es fácil entender la importancia no sólo de fomentar la formación continua a lo largo de la vida profesional sino también asegurar una adecuada formación inicial que contribuya al aprendizaje permanente (aprender a aprender).