Siempre hay motivos personales o nuevos proyectos a emprender cuando alguien justifica en público que deja un cargo antes de hora. Y casi siempre se arguyen para no hacer explícitas las causas de fondo, menos confesables. Es lo que ha pasado con la presidenta de la confederación de comerciantes Cecoval, Isabel Cosme.
Tras once años en el cargo, la semana pasada anunció ante la junta directiva su adiós anticipado «en aras de abordar nuevos proyectos profesionales». Fuentes del sector, por contra, sitúan su salida en el contexto de una cierta contestación interna y en sus reticencias a la gran organización del comercio que impulsa el presidente de la patronal autonómica CEV, Salvador Navarro.
Uno de los grandes déficits de la CEV ha sido el sector comercial, atomizado en diversas organizaciones desde las rupturas de mediados de los noventa. En el contexto del proceso de nacimiento de una nueva autonómica tras la extinción de Cierval, Navarro ha propiciado un proceso de concentración en el sector.
Así, Covaco, con gran presencia en Alicante y Castelló, se ha integrado en la CEV con el objetivo de constituir, tal como adelantó este diario el pasado mes de julio, una especie de Confecomercio, a imagen de la sectorial industrial Confeindustria.
Las conversaciones entre las dos organizaciones -la tercera en discordia, Unión Gremial, está al margen, pero estaría dispuesta a participar si fuera, en confesión de sus dirigentes, «invitada»- se iniciaron antes del verano pero aún no han dado frutos. La excusa a la parálisis es el interminable debate de los horarios comerciales, cerrado finalmente este febrero con un gran acuerdo en el sector. No obstante, las fuentes consultadas aseguran que Isabel Cosme no se había mostrado precisamente cooperante para que llegaran a buen puerto.
Tiene cierta lógica. Y es que, con casi un 60 % de la representación del sector -según datos de la Conselleria de Economía- por un 13 % de Cecoval y un 27 % de Unión Gremial, el liderazgo de la futura Confecomercio corresponderá sin lugar a dudas a Covaco. A sus reticencias ante el nuevo proyecto se habrían sumado las críticas internas a su gestión. Quien la sustituye, el presidente de la asociación de comerciantes del centro Histórico de València, Rafael Torres, parece más proclive a la unión. De hecho, ha estado desde el principio en las intermitentes reuniones entre las dos patronales.
La reagrupación del comercio valenciano, así las cosas, está aún por madurar. Mientras Cecoval estaría más interesado en que todo el sector parta de cero con una nueva estructura, Covaco, el pez grande, estaría dispuesto a mantener las siglas.
