¿Cómo se ve esta feria desde el punto de vista de quien hasta hace dos años y medio era profesor en la UJI de Economía Financiera y hoy es el arquitecto de la reestructuración financiera de la Generalitat?
Lo veo con mucha ilusión. Estás viendo cómo se van recuperando las relaciones institucionales de la Generalitat con el sistema financiero, en una acto como el de ayer [por el miércoles], donde reunimos al presidente de la CNMV, al consejero delegado del Banco Sabadell, al presidente de CaixaBank, a la directora de comunicación de Bankia, al presidente de Ibercaja. Esto demuestra que la interlocución es fantástica, que los tenemos cerca. Veo que desde el punto de vista institucional se han recuperado muchos enteros en estos tres años. La feria demuestra que València se percibe como un lugar para hacer negocios con total normalidad, hay estabilidad, un Gobierno respetuoso con las decisiones empresariales. Lo veo con mucho optimismo.
El acceso a la financiación continúa presentando problemas.
Con respecto a la pyme lo que vemos es que en términos generales el tipo de interés hoy ya es homologable al del resto de países europeos. Pero sí que es verdad que en microempresas y autónomos vemos un repunte en los tipos en los últimos meses. En eso es en lo que estamos las entidades públicas, vía SGR, también con el IVF. Intentamos que la mejoría en las condiciones financieras llegue también a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Pero en términos generales yo creo que la salud del sistema financiero valenciano hoy es muy buena.
Aquí se ha visto preocupación en los grandes bancos con las big tech. ¿Puede haber cierta sustitución del papel tradicional de los bancos?
Hay un tema fundamental que es el de la competencia. Uno de los grandes temores que podemos tener es que con la concentración que vemos en el sistema financiero no haya competencia suficiente y en unos años esto se traduzca en tipos de interés excesivos o en problemas de acceso a la financiación. Frente a estos movimientos, auspiciados por el BCE, lo que estamos viendo es que el propio negocio bancario se está troceando en parcelas, y en cada una de ellas aparecen nuevos agentes que van a competir con estos grandes monstruos. Por ejemplo, muchas de las fintech se están centrando en temas de cobros y pagos porque dentro de poco va a haber una directiva que obligará a los bancos a compartir esa información, con lo que un jugador externo va a poder acceder a las cuentas de los clientes y tomar decisiones con su permiso. Ahí va a estar el juego, en esta competencia en aspectos concretos de la industria financiera y los bancos tienen que prepararse para un futuro complicado.
Ha sido un año de muchos cambios en el IVF y la SGR. ¿Hacia donde se dirigen las dos instituciones?
Son muchos cambios pero estaban previstos de antemano. Desde un principio hay una hoja de ruta marcada. Ya estamos con los préstamos bonificados del IVF en marcha. Llevamos 30 millones de financiación otorgados en apenas 2 meses, casi 70 operaciones en 2018. Nos queda el último tramo del proceso, que es la escisión de una parte que se va a la administración.
¿De qué sectores tienen más demanda de financiación?
Por las fechas del año, el sector de entidades sin ánimo de lucro vinculadas a acción social vienen a que anticipemos subvenciones. Hemos otorgado importes relevantes. Fuera de calendario tenemos distintos tipos de inversión, desde compra de maquinaria en el sector cerámico, a operaciones en el sector alimentario, empresas que compran otras compañías... Todo al calor del préstamo bonificado del IVF. Está atrayendo a muchas empresas porque el préstamo de inversión más barato hoy en la C. Valenciana es el nuestro. El Consell quiere favorecer la inversión en capital físico, fomentar la concentración de empresas para generar players de más tamaño, y lo estamos financiado en tipos que van del 0% al 1,5%. Estamos viendo mucha actividad.
