El subdirector de Política Comercial con Nortemérica del Gobierno español, Antonio Sánchez Bustamente, ha admitido que existe «preocupación» ante el «sesgo de EE UU hacia el proteccionismo», una senda iniciada por el presidente Donal Trump con la intención de reducir su déficit comercial. En una entrevista, Sánchez señala que «el libre comercio es la mejor forma de impulsar el desarrollo y la prosperidad» y defiende el polémico tratado comercial con Canadá (Ceta), que considera el «más moderno, garantista y ambicioso que haya firmado la Unión Europea». «Aunque Canadá tiene algo menos de 40 millones de habitantes, es una economía con alto poder adquisitivo y potencialidades enormes», ha subrayado el alto cargo de Comercio. «Hoy España no tiene relaciones de inversión muy grandes con Canadá, pero su potencial es muy grande», ha agregado.

Sánchez Bustamante rechaza las críticas que se dirigen al Ceta y que acusan al tratado de favorecer a las multinacionales y de facilitar la entrada de productos transgénicos y carnes con hormonas. «El tratado es muy garantista en todos los ámbitos: en derechos de los trabajadores y en las normas alimentarias. Todos los productos tendrán que cumplir las normas alimentarias europeas», mantiene. «El acuerdo favorece sobre todo a las pymes más que a las multinacionales porque reduce aranceles y costes de gestión aduanera que para las multinacionales apenas tienen relevancia pero sí para las pymes». A juicio de Sánchez, el Ceta «es una gran oportunidad para las pequeñas y medianas empresas españolas».

Otra cuestión que se le reprocha al tratado es la fórmula para dirimir contenciosos que, según advierten algunas voces, beneficia a las multinacionales frente a los Estados, un apartado pendiente de ratificación por los parlamentos nacionales. «Serán tribunales estables y no concebidos para cada caso específico, con jueces independientes, normas éticas muy rígidas, vistas públicas, transparencia y mecanismo de apelaciones», sostiene el subdirector de Política Comercial con Norteamérica. «Es un sistema nuevo, una innovación de la UE que parece buena porque obvia los problemas de otros tribunales internacionales sobre protección de inversores», zanja.

Sobre la posibilidad de que la revisión del tratado de EE UU con Canadá empeore la situación de este país y le reste atractivo de inversión, Sánchez ve «impensable» que se rompan las «profundas relaciones comerciales entre Canadá y EE UU» porque «son economías superintegradas».