El infrautilizado aeropuerto de Castelló va a tener algunos nuevos inquilinos a partir de este verano. La Dirección General de Respuesta a las Emergencias de la Generalitat ha obtenido al fin, tras dos años y medio de gestiones, el permiso del Estado para compatibilizar en este enclave la aviación comercial con el uso para la extinción de incendios.

Se trata de una complejidad técnica que ha impedido hasta ahora dar un mayor uso al enclave de Benlloch como base para los recursos de ala fija de la Generalitat. La autorización de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, llegó a principios de marzo, y va a permitir que los aparatos vuelen en este aeropuerto aunque no esté operativa la torre de control.

Los efectivos de extinción vuelan habitualmente en pistas sin torre de control ni sistemas de aproximación, con vuelo visual. Sin embargo, pese a estar capacitados para aterrizar y despegar en condiciones más precarias, el aeropuerto de Castelló solo permitía hasta hace unas semanas volar con la torre de control operativa.

Con la escasa actividad de vuelos comerciales, la presencia de controladores en el aeródromo de Castelló es bastante reducida. Y eso chocaba con la propia naturaleza de las emergencias, que no entienden de si hay o no personal operativo en la torre de control. Ahora, la Generalitat ya cuenta con permiso para operar vuelos esté o no la torre de control en funcionamiento.

Sólo los aviones

Las previsiones de Emergencias pasan por poner en marcha en este enclave una base únicamente para los aviones adscritos a la provincia de Castelló. Pretende hacerlo de forma inmediata, ya para la campaña de este verano. Los cálculos del director general, Josep Maria Ángel, sitúan el arranque de las operaciones entre junio y julio, donde a partir de ese momento habrá presencia permanente de aviones.

Hasta la fecha, los aviones de Castelló se han ubicado en el aeroclub del Grau de Castelló. Los helicópteros sí seguirán por el momento en su destino actual, en Tírig (Alt Maestrat). También tiene planes la Dirección General, aunque más a largo plazo, para reordenar la estructura de emergencias en la provincia de València, donde están operativas las bases de Siete Aguas y Enguera. Se ha sacado a concurso la redacción de un proyecto para montar una base en Alcublas, y también se aspira a readaptar la de Bengéber.

Con este nuevo uso para el aeropuerto de Castelló, la Generalitat trata de aprovechar esta infraestructura, heredada de la anterior administración, y fuertemente cuestionada tras 150 millones de euros de inversión pública y sin apenas actividad.

Pese al incremento de vuelos, el aeródromo sigue presentando unos números modestos. En los tres primeros meses del año Castelló recibió poco más de 27.000 pasajeros, cinco mil menos que un año atrás básicamente por la pérdida del vuelo a Bucarest durante el primer semestre.

El aeropuerto, actualmente gestionado por la francesa Edeis Management, tiene cuatro rutas con Londres (Reino Unido), Poznan (Polonia), Sofía (Bulgaria) y Bucarest (Rumanía). Hace unos meses, Ryanair decidió cancelar su ruta a Bristol (Reino Unido), que ha desplazado al aeropuerto de València.