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Cleop pide volver a bolsa y avanza en la ejecución de su plan de viabilidad

La constructora solicitará a la CNMV que levante la suspensión de la cotización de sus acciones

Cleop pide volver a bolsa y avanza en la ejecución de su plan de viabilidad

Cleop continúa con su duro calvario post crisis, con algo de alivio financiero pero todavía lejos de poder declararse como superviviente. En esta dirección, la constructora valenciana, controlada por la familia de Carlos Turró y participada por CaixaBank y la familia Noguera -entre otros-, progresa en la ejecución de su plan de viabilidad y pide volver a bolsa.

Cleop se declaró en concurso de acreedores en 2012 por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Dos años después, en 2014, logró un acuerdo con sus acreedores para salir de esta situación, capitalizar deuda y diseñar un plan de viabilidad que garantizase su desarrollo futuro. La empresa, fortalecida patrimonialmente al aprobarse el convenio de acreedores, se encuentra ahora inmersa en el redimensionamiento de su actividad, adecuando su estructura y su tamaño a la nueva situación del mercado, mucho más pequeño tras la crisis económica.

El objetivo desde 2014 es que Cleop debía volcarse en la construcción (ejecución de obra civil y edificación para terceros) y orientarse hacia el exterior, olvidándose de la promoción inmobiliaria, salvo para liquidar los restos del pasado y vender activos.

Cartera de obras

Cleop da cuenta de sus progresos en esta política en sus cuentas de resultados de 2017, ya auditadas. Revela que la construcción supone el 18,6% de sus ventas, con ingresos de 2,5 millones, un 41% menos que el año anterior. La empresa atribuye el retroceso a la escasa obra pública contratada en España. Cleop espera revertir esta situación en los próximos ejercicios, ya que a lo largo de 2017 ha ampliado su cartera de obras de construcción, que asciende a 17,39 millones, un 44 % más que en 2016, «indicándose un cambio de tendencia que se verá claramente reforzado en los próximos meses», indica en su memoria. Parte de esta cartera está contratada en el extranjero, principalmente en Argelia.

Las otras áreas de actividad de Cleop, que pierden su condición de estratégicas, son geriátricos (una de las fallidas diversificaciones que la empresa emprendió antes de la crisis), servicios de retirada de vehículos (grúas) y gestión de datos. Cleop ha enajenado activos en este ámbito, lo que la permitido cerrar 2017 en beneficios y dejar atrás las pérdidas (ver información adjunta).

En el ámbito financiero la empresa también tiene deberes claros desde 2014 y explica en sus cuentas que ha logrado mejoras con sus acreedores privilegiados (Hacienda, principalmente, con quien aplazará deuda). No obstante, Cleop todavía tiene un saldo del crédito concursal de unos 26 millones. La empresa asegura que esta cifra es inferior a la que se fijó en 2014 en el plan de viabilidad para este momento (28,1 millones previstos en 2017). Este hecho permite a la compañía ser «optimista de cara al futuro, pese a la demora sufrida en la actividad de la construcción». Considera que es «factible» cumplir el convenio de acreedores.

Para 2018, la constructora prevé ahondar aun más en las líneas maestras del plan de viabilidad, sobre todo con un mayor negocio en él area de construcción, tanto en España como en terceros países. Además, aspira a finalizar los acuerdos de aplazamiento de deuda negociados, a vender activos y a lograr que varias de sus filiales en concurso salgan de esta situación.

La sociedad cotiza en bolsa pero la CNMV mantiene la suspensión cautelar de la negociación de las acciones desde 2012, tras la solicitud del concurso. Cleop tiene previsto solicitar a la CNMV el levantamiento de la suspensión «próximamente».

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