Obtener información útil de cada uno de los elementos que nos rodea para, de este modo, poder tomar las decisiones más correctas y rentables. Así se podría definir el llamado internet de las cosas (internet of things, IoT), que ya ha empezado a revolucionar la relación de los humanos con los objetos cotidianos y que también se ha colado en multitud de procesos industriales.

Roberto Milán, director de Industria 4.0 y de smart business de Nunsys, explicó el viernes en la tercera sesión de Campus Executive que el IoT es uno de los «habilitadores de la transformación digital de la empresa» y que también ha de estar muy presente en las ciudades inteligentes (smart cities). Turismo, Salud, Medio Ambiente... el IoT tiene aplicación en todos los ámbitos. De hecho, los sensores con los que funciona esta tecnología son ideales en un sector tan tradicional como puede ser la agricultura: al instante y gracias a la conexión a internet se pueden conocer los datos ambientales de un campo y saber si es necesario regarlo.

Al día, según Milán, ya se conectan más de cinco millones de dispositivos a internet. Además, esa idea tan futurista de los wearables (tecnología vestible) ya es una realidad: «existe en el deporte, pero también se aplica a temas de salud, como en telemedicina o para el seguimiento de pacientes crónicos», asegura.

«El IoT nos permite conocer todo lo que hasta ahora no se conocía», resume el docente de la formación producida por Levante-EMV con el patrocinio de BBVA, y con la colaboración del Colegio de Ingenieros Industriales de la C. Valenciana (Coiicv) y de Redit-Institutos Tecnológicos de la C. Valenciana. Asimismo, incide en que «ya no hay excusas» para no subirse al tren 4.0, que es el mismo que el de la competitividad, y avisa que industrias como la alemana llevan ventaja a la española y la valenciana.

Un paso necesario

Entre los alumnos de la tercera sesión, se encontraba Carolina Salinas, de Aimplas, el Instituto Tecnológico del Plástico. Asegura que es «muy importante que las empresas se conciencien sobre la industria 4.0 porque es una realidad, una necesidad». Es por eso por lo que asiste a Campus Executive, para ver qué «se mueve» en los diferentes sectores e intentar trasladarlo a las empresas asociadas a Aimplas. «Hicimos un estudio sobre 4.0 y detectamos que, a pesar de que se percibe como necesario, cuesta dar el paso; hay empresas que se han puesto las pilas, pero aún no está muy interiorizado», reconoce Salinas.

En un sector diferente trabaja Javier Gil, director financiero de Gimeno Marítimo. Para él, la oferta formativa de Levante-EMV sirve para ponerse «al día de las nuevas tecnologías» y para «separar el grano de la paja entre toda la marabunta de tecnología, sistemas... para saber qué es realmente útil y qué es solo una moda pasajera». Todo, con la intención de estar preparado ante la inminente llegada del 4.0 al sector marítimo: «aún no ha empezado, pero nos tocará como a todos».

Del sector de la robótica proviene Félix José Ferrando, técnico en automatización interesado en los avances tecnológicos. «Todo es muy versátil y se produce muy deprisa; en unos años habrá cambios en las ciudades, los coches... todo se sensorizará», considera.

En esta ocasión, se conoció el caso de éxito de la empresa cerámica Colorker y de Aguas de València, de la mano de Salvador Herrando, director de operaciones en Core Digital Industry. Si bien la automatización ya existe en el sector industrial desde hace dos décadas, la novedad ahora es que es posible recoger toda la información que genera el proceso de producción y darle valor y uso.

Por ejemplo, Herrando explicó que el IoT permite monitorizar los contadores de agua y en el sector cerámico se controla el proceso de fabricación, ya que se obtienen datos de la eficiencia y trazabilidad de cada pieza. «La recopilación de información a tiempo real permite tomar decisiones y tener un histórico de la evolución. Con esto se pueden generar modelos a futuro, corregir fallos, mejorar los procesos y realizar una optimización general en la empresa», relata.