«La estrategia del bajo coste no interesa a Portobello en el ámbito de salud; porque no funciona». Así de claro se manifiesta Juan Olave, consejero delegado de Vivanta, grupo de clínicas dentales y estéticas controlada por esta firma de inversión que prevé aglutinar algo más de 300 clínicas en España a finales de 2018 mientras planifica su plan de expansión y digiere la integración de la cadena valenciana Doctor Senís, así como de otras mercantiles como Unidental, Láser 2000, Plénido, Avantdent y Clínicas Anaga Dental, conseguidas durante el último ejercicio.

En declaraciones a Levante-EMV, Olave, exdirectivo de Burger King, Mc Donald´s o Leroy & Merlin, entre otras grandes multinacionales, analiza el futuro de la compañía en manos de este vehículo de inversión de capital que planifica ahora la compra de otras 30 clínicas y la apertura de 10 nuevas, con lo que concluirá el año con 40 establecimientos más en Vivanta. Eso supondrá una inversión de unos 25 millones de euros, según el principal ejecutivo de la compañía. Durante el primer cuatrimestre ya ha comprado e incorporado al grupo 75 clínicas franquiciadas.

Entre los planes para materializar dichas aperturas -incluidas tiendas propias (representarán un 80 % al concluir 2018) y franquicias (20 % restante)- el responsable de la división del negocio odontológico de Portobello asegura que la Comunitat Valenciana «forma parte de sus principales áreas de crecimiento en España». En la actualidad dispone de 30 clínicas (7 procedentes de Dr. Senís) y prevé abrir varias en esta autonomía. Por otro lado, invertirá 5 millones de euros para reformar centros y adaptarlos a la nueva imagen de la firma.

Salto internacional

Portobello -fondo controlado por inversores españoles también propietario de negocios en el ámbito hotelero, alimentario y de la automoción, entre otras actividades- pretende apoyar además el salto internacional de Vivanta durante este año con la adquisición de sus primeras clínicas en Portugal (Lisboa y Oporto), así como en otros países. «El sector está muy atomizado tanto en España como en Portugal y existe margen para seguir creciendo con un modelo que apuesta por la calidad y el valor añadido. Somos la única clínica de España del sector que cuenta con certificaciones según las normas ISO9001 y UNE», explica Olave. Cuando llegue el momento, posiblemente a partir de finales de año, la intención es entrar en «dos o tres mercados» cercanos a España», agrega.

Vivanta prevé alcanzar una facturación de unos 150 millones de euros y espera así un crecimiento del 5% en 2018 respecto al año pasado. El grupo aumentará su personal en unos 400 trabajadores (unos diez en cada centro), con lo que alcanzará una plantilla de 2.400 profesionales en tiendas propias y 600, en franquicias.

«Portobello ha invertido recientemente en Vivanta y su vocación es permanecer al menos cinco años. Hay grandes expectativas de crecimiento en el negocio en España -sostiene el CEO del grupo- porque es un mercado tan atomizado y existen posibilidades de concentración donde abundan las microempresas». Vivanta apostará por comprar «clínicas de referencia y especializadas en temas dentales y estéticos. Seguimos analizando oportunidades de adquisiciones», apunta el responsable de la gestión de la mercantil con cuartel general en Madrid.

Competencia en el sector

En medio de no pocas turbulencias en este mercado de la sanidad, y de recientes crisis como las de iDental (que acaba de cerrar 24 clínicas en España), el nuevo grupo dirigido por Juan Olave sostiene que se abre camino en toda España con un «nuevo modelo de negocio basado en la rentabilidad y seguridad» impulsado por el fondo de inversión y en el que no entrará «en la guerra de precios».

Los fondos de capital riesgo también han entrado en los negocios de odontología en toda Europa. En España, la familia Botín compró en 2016 Vitaldent, uno de los principales competidores de Vivanta y que está entre las grandes del negocio nacional.

En el mercado doméstico, según el dirigente de Vivanta, esta corporación tiene margen de crecimiento tanto en zonas en las que su presencia es reducida, como Canarias, Baleares o el norte de España, como en regiones en las que es fuerte, como Andalucía, Madrid y Cataluña. Recientemente acaba de abrir un laboratorio protésico en Madrid para dar servicio a diversos centros del Estado.