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Siete fondos optan a quedarse con el ladrillo de Banco Sabadell

La operación permitirá a la entidad financiera con sede en Alicante deshacerse de la práctica totalidad de los activos tóxicos de la antigua CAM que todavía mantenía en su balance

Siete fondos optan a quedarse con el ladrillo de Banco Sabadell

Los grandes fondos internacionales no han perdido ni un ápice de su apetito por los activos inmobiliarios que el estallido de la burbuja dejó en los balances de las entidades españolas. El último en comprobarlo ha sido el Banco Sabadell que, según las fuentes financieras consultadas, ha recibido hasta siete ofertas en firme por las cuatro carteras que decidió sacar al mercado para acelerar la limpieza del ladrillo que aún acumulaba, en su mayoría procedente de la antigua CAM.

Un movimiento que permitirá al banco liquidar practicamente la totalidad de los activos tóxicos que recibió de la extinta caja alicantina y que estaban acogidos al Esquema de Protección (EPA) sufragado por el Fondo de Garantía de Depósitos.

De esta forma, Cerberus, Lone Star y Blackstone habrían presentado pujas por las carteras «Challenger» y «Coliseum», compuestas por activos adjudicados, es decir, inmuebles que el banco tenía en propiedad. La primera suma 5.000 millones de valor neto y es la única de las cuatro en venta que no está bajo el paraguas del EPA ya que se trata de activos del propio Sabadell; mientras que la segunda suma 2.500 millones.

Por su parte, Oaktree, Bain Capital, Deutsche Bank y CCPIB -el fondo que gestiona las pensiones de Canadá- han ofertado por las carteras «Makalu» y «Galerna», donde el Sabadell ha agrupado los créditos a promotor y los préstamos a pymes con garantías colaterales que heredó de la antigua caja alicantina. Entre ambas suman 3.300 millones de euros.

Venta en julio

De acuerdo con las fuentes consultadas, el objetivo del banco presidido por Josep Oliu es que, una vez concluido el plazo para presentar ofertas -que finalizó ayer-, la adjudicación se produzca definitivamente a lo largo del mes de julio aunque la formalización del traspaso podría demorarse algo más. Sobre todo porque la entidad ha tenido que negociar una solución para evitar que el Fondo de Garantía tuviera que desembolsar de golpe todas las ayudas previstas por el EPA, lo que hubiera obligado a una derrama en este organismo -que se financia con las aportaciones obligatorias de todas las entidades españolas- y hubiera elevado el déficit público.

Tras barajar diversas posibilidades finalmente parece que la opción escogida es la de crear una nueva sociedad o sociedades -dependiendo del número de adjudicatarios- a las que se traspasarían los activos y también la cobertura del EPA. De esta forma, el Fondo de Garantía seguiría abonando las ayudas anualmente durante los próximos ejercicios a medida que los nuevos propietarios se deshagan de ellos y no tendría que pagar todo de golpe.

A cambio el Sabadell habría tenido que aceptar hacerse cargo de los riesgos derivados de la operación. En concreto, la entidad deberá correr con los gastos adicionales si, finalmente, los activos traspasados a los fondos ocasionan unas pérdidas mayores de las que en este momento tiene estimadas el Fondo de Garantía. Dicho de otra forma, que el organismo se asegura no pagar más de los aproximadamente 3.500 millones de euros que en estos momentos tiene presupuestados para lo que resta de vigencia de ese mecanismo. Por su parte, el Sabadell logra sanear notablemente su balance y se desprende definitivamente del último lastre que mantenía del negocio heredado de la CAM.

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