Los españoles procedentes de familias con bajos ingresos podrían tardar hasta cuatro generaciones en alcanzar el nivel medio de ingresos. Así lo ha constatado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe «¿Un ascensor social averiado? Cómo promover la movilidad», que ahonda en las oportunidades de los ciudadanos de diferentes países de ascender en la escala social y económica.

El informe alerta, de forma general en todos los países que conforman la OCDE, que el «ascensor social» está «averiado» pues, mientras las personas que provienen de familias que se encuentran en lo más alto del nivel de ingresos permanecerán en lo alto, la gente con menos ingresos tiene que luchar por ascender hasta un nivel de renta medio. En el caso de las personas en la zona intermedia de este ranking social, esta posición se enfrenta a un mayor riesgo de caer en la zona de ingresos bajos e incluso pobreza que de ascender hacia los niveles más altos.

Según la OCDE, esto conlleva unas consecuencias económicas, sociales y políticas «dañinas» pues supone que mucho del talento registrado en los niveles inferiores de esta escala «se malgasta», lo que se traduce en una pérdida de oportunidades de crecimiento económico que reduce la satisfacción, bienestar y cohesión social de los ciudadanos.

En el caso español, la OCDE asegura que hay una idea extendida de que las fortunas y ventajas de los padres juegan un papel fundamental en la vida de las próximas generaciones. Esta percepción se muestra en España de forma más acusada que en otros países y registra el segundo nivel más alto entre los países de la OCDE, de los cuales el 37 % asegura que la educación de los padres es importante.

Solo el 25 % tiene esperanzas

Asimismo, el documento revela que los ciudadanos son «pesimistas» en torno a sus oportunidades de mejorar su situación financiera. En este sentido, solo el 25 % de los españoles tenían esperanzas de que su situación financiera mejorase en 2015. No obstante, el estatus económico de los españoles está menos relacionado con el de sus progenitores que en otros países.

Si se tiene en cuenta la movilidad de una generación a otra, así como el nivel de desigualdad, los datos de países como Portugal, Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos, Italia, Austria, Francia y Alemania muestran que llevaría entre cuatro y seis generaciones a aquellas personas de bajos ingresos para alcanzar un nivel de renta medio. Sin embargo, en el caso español, tanto los hijos de familias pobres, como los de familias ricas, se mantienen en las posiciones sociales de sus progenitores, aunque lo hacen en menor medida que los demás países de la OCDE.

Así, el 28 % de los hijos españoles cuyos padres tuvieron ingresos bajos acaban teniendo igualmente un nivel bajo de ingresos, frente al 31 % de los hijos de padres pobres de la OCDE que mantienen esa posición. Por el contrario, el 34 % de los descendientes de familias ricas consiguen llegar a un nivel alto de ingresos, frente al 42 % de los hijos de familias ricas en los países de la OCDE que mantienen la posición de sus progenitores.

En cuanto a los tipos de ocupación, el documento detalla que en España, al menos la mitad de los hijos de un directivo acaban trabajando en un puesto similar, frente a uno de cada cinco hijos de un obrero que alcanzan este tipo de puestos altos. Y en el plano educativo, el 69 % de los hijos de padres con alto nivel educativo completan algún tipo de educación superior, frente al 22 % de los hijos de padres con un nivel educativo bajo.

España está por detrás de otros países en términos de educación pero los ciudadanos españoles pueden lograr una mayor movilidad entre las divisiones del ranking. Esto se debe, según la OCDE a que, a pesar de los avances educativos de los últimos años en España, la tasa de abandono escolar sigue siendo una de las más altas de la Unión Europea, con un 19,9 %.

De igual manera, el informe señala que las oportunidades de movilidad en España, son «limitados». Así, el 20 % del total de los individuos con los ingresos más bajos tienen un 64 % de posibilidades de quedarse «estancados». Esta situación se ha intensificado desde los años 90, mientras que en lo alto del ranking la posibilidad de permanecer en ese rango es todavía mayor, un 72 %.

Medidas sociales de mejora

La falta de movilidad en los niveles bajos de renta en España se debe, a juicio de la OCDE, a la gran cantidad de paro de larga duración y a la existencia de contratos de corta duración que impiden a la gente «escalar» posiciones de la división social. Para paliar esta situación, la organización considera necesario llevar a cabo políticas que fomenten la movilidad de las personas en la escala social, así como medidas de protección de los hogares, políticas de desarrollo individual y que ayuden a aliviar las condiciones desfavorables de aquellos que parte de la base del ranking.

Por ello, la OCDE ha establecido tres objetivos que pasan por reforzar el apoyo de los parados mediante servicios de empleo público regional y de coordinación con los organismos de servicios sociales; tratar de paliar la tasa de abandono escolar mejorando la calidad de la educación y afrontar la problemática de la pobreza infantil mediante la mejora del acceso de las familias a empleos de calidad.