Como no podía ser de otra manera, el sector de la construcción también se ha sumado a la revolución 4.0. La tecnología ya forma parte de los cimientos de una casa y también está presente en todo su proceso: desde el diseño de los planos hasta la puesta a punto de, por ejemplo, la eficiencia energética de un hogar.

El 4.0 se adentra en el mundo de la construcción a través de la tecnología BIM (Building Information Modeling), que permite participar a todos los agentes del sector y conseguir que se interaccione de una forma más sencilla. Con este sistema, todos los profesionales trabajan con modelos digitales, en los que se comparte información y las problemáticas aparecen en fase de diseño, lo que es más barato que durante la construcción.

Por ejemplo, en lugar de trabajar con planos, los especialistas «definen el espacio en 3D y prevén donde colocar las vallas, las señales...; los responsables de los conductos, hacen los cálculos y los visibilizan para conectarlos con quienes hacen los cimientos. Al verlo todo junto, se evita, por ejemplo, que la estructura choque con los conductos. Además, se puede dar una solución antes de pasar a la construcción, donde sería mucho más difícil», explica Benjamín González, director de desarrollo corporativo de Cype Ingenieros, en la última sesión de Campus Executive.

Por todo esto, la digitalización está presente en tareas relacionadas con modelos tridimensionales, energéticos y estructurales, lo que permite construir mucho mejor. Los distintos agentes que entran en juego se basan en el BIM Execution Plan, un documento que ordena la relación entre todos y que permite «conectar de manera eficiente todos los flujos de trabajo entre la fase de diseño, construcción y operación».

Asimismo, el uso de la tecnología «supone más seguridad a la hora de la construcción porque se anticipan a los problemas; se puede ser más eficiente, y más sostenible», detalla.

«Hasta ahora, era un compendio de diferentes especialistas que trabajaban en diferentes planos y las cosas se solucionaban en la construcción; ahora esto pasa antes y el ahorro de costes es espectacular», señala González, quien detalla que cada especialista pueda adaptarse usando sus herramientas habituales, «sin ser necesario un excesivo esfuerzo de formación o de complejidad; solo siendo bueno en su trabajo».

Pioneros en la C. Valenciana

Una de las empresas que supo ver la importancia de estos avances que permitía la tecnología fue IBIM, la empresa consultora de BIM pionera en la Comunitat Valenciana y una de las primeras en España.

Según explica David Martínez, CEO de la empresa, IBIM se dedica a la consultoría, formación e implementación de compañías del sector. «Hace más de 10 años, en un foro técnico del Colegio de Arquitectos descubrí este mundo y a partir de ese momento vi claro que esta era la manera en la que hay que proyectar y gestionar los inmuebles», recuerda. «Aunque en ese momento no estaba difundido, lo fui adoptando personalmente y lo he extendido tanto que mi empresa ha pasado de ser tradicional a convertirse en una tecnológica basada en el BIM», asegura. Entre otras cosas, se pasa de trabajar con líneas a «crear» objetos asociados a una base de datos que revelan cuáles son sus propiedades.

Martínez explica que estos últimos dos años «se han hecho muchos pliegues con BIM». Por ejemplo, una de las grandes obras que se realizan en la Comunitat Valenciana con el Building Information Modeling es la Línea 2 de Metrovalencia, que servirá de proyecto piloto. «Se ha licitado completamente en BIM porque Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) tiene la intención de gestionar todo su patrimonio con esta tecnología en un futuro», detalla el CEO.

IBIM lleva trabajando con esta filosofía desde 2013, ayudando a diferentes compañías a dar el salto tecnológico. «Un consejo sería ir de forma progresiva; hacer lo de siempre con estas herramientas y cuando ya se consiga un dominio suficiente, ir avanzando progresivamente. No hay que empezar por lo más alto», asegura.

Según varios informes, el sector de la construcción es el penúltimo en digitalización, «pero se está trabajando para poder resolverlo», apunta Benjamín González. Aunque los inicios son complicados, los profesionales aseguran que los mayores beneficios de sumarse al 4.0 se miden en calidad del trabajo, rentabilidad y ahorro de tiempos.