Un grupo de 100 personas, en un espacio diáfano y con una misión: tirarse «a la piscina» y no ahogarse. Así empieza la historia de BBVA por el camino de la revolución 4.0. Raúl Pérez González de Uriarte, el director adjunto de Transformación Digital de la entidad, fue el responsable el pasado viernes de poner el punto final a la primera edición de Campus Executive con una clase magistral.

Pérez González de Uriarte explicó que la decisión «no es sencilla», pero hay que tomarla. «Si no sientes vértigo, no te estás transformando, estás tomando decisiones hacia la digitalización... pero no transformándote», aseveró.

Así, aboga por un cambio de mentalidad, por emprender una revolución que dé una sacudida a la concepción tradicional de los roles en la empresa y a las rutinas productivas establecidas. «Para la transformación integral en la empresa hacen falta talento, formación y conocimiento, pero lo que marca la diferencia es cómo nos vamos a comportar a partir de mañana», destacó.

En BBVA decidieron crear pequeños grupos de trabajo multidisciplinares, con profesionales de distintos departamentos que no se conocían y que tenían una misión: innovar. Aunque en 2014 «faltaban» piezas, reconoce, aquello empezó a ser el «germen» de la reconversión de la entidad, que cuenta con una premiada app y ya ha realizado una campaña en realidad aumentada.

La estrategia (E), el liderazgo (L), el cliente en el centro (C) y el cambio cultural (CC) son las palabras que se convirtieron en cruciales en esta nueva manera de trabajar, a la que poco a poco fueron sumándose todos los trabajadores de la entidad. Sobre todo, lo importante es el cambio cultural, que supone «un salto exponencial» y que «el efecto se multiplique», detalló.

Asimismo -y además de los valores de la compañía- el director adjunto de Transformación Digital explicó que hay que diseñar «a partir de lo que el cliente piensa» e «incorporarlo a la parte previa».

Otro de los consejos es que el mejor comienzo es por los «retos pequeños» y probar si funcionan o si es necesario realizar modificaciones (lo que se conoce como «mínimo producto viable»).

Pero, ante todo, González Pérez de Uriarte insistió en que «ninguna revolución se ha hecho sin las personas» y el éxito pasa por que los mandos intermedios «no sean una fuente de resistencia» y que los equipos se conviertan en «tribus» que sienten que el proyecto «es de su propiedad». «Sois el ADN de la revolución actual, no se puede hacer la revolución 4.0 en el 3.0. Os invito a que imaginéis vuestro mundo 4.0 y que cuando estéis, si llega la 5.0 penséis cómo empezar de nuevo», animó a los presentes.

De 2014 a 2016, BBVA consiguió que sus ventas digitales pasaran de representar solo el 3 % al 16 %, y más de 60 equipos ya estaban trabajando con estas dinámicas.