El sector del seguro se ha embarcado en su particular proceso de limpiar, fijar y dar esplendor, como la Academia con la lengua española, a la jerga en la que se maneja, en ocasiones tan opaca para los usuarios como la que utilizan los banqueros o los brokers. En aras de una mejor comprensión de los productos que venden sus asociadas, la patronal Unespa ha presentado una guía que incluye 51 términos que ha contrastado con los consumidores y que para estos son de difícil entendimiento. Así que: adiós a las pólizas y bienvenidos los contratos, por citar el ejemplo más común. Un total de 38 de las principales aseguradoras del país ya se han sumado a dicho documento, lo que implica que el lenguaje de esta actividad deberá cambiar sustancialmente en los próximos meses.

La guía incide sobre tres tipos de expresiones. El primero es el de aquellos términos que Unespa considera necesario no utilizar por su complejidad y en los que propone explicar «su significado en un lenguaje accesible al consumidor», aunque no da ideas concretas. Son ocho: Edad actuarial, expoliación, valor de mercado, valor de nuevo, valor de reposición, valor estimado, valor real y valor venal. El segundo corresponde a vocablos comúnmente utilizados en el sector pero que la patronal cree que hay que sustituir por otros de lenguaje común.

Configuran la lista más larga, con 22: baremo, que se propone cambiar por tabla de valoración, diferimiento (aplazamiento), dolencia preexistente (dolencia previa), extorno (devolución), fecha de efecto (fecha de inicio), parte de siniestro (comunicación o declaración a la entidad, según caso), pérdida pecuniaria (pérdida económica), póliza (contrato), prima (precio, aportación, pago), prima fraccionada (pago por plazos), prima periódica (precio o pago periódico), prima única (precio, pago único), provisión matemática (fondo/saldo acumulado), rescisión (finalización, indicando la causa), rescate (reembolso anticipado), revaloración automática (actualización automática), siniestro (sinónimo según ramo o modalidad: daño/accidente/incidente/pérdida/prestación/fallecimiento/incapacidad), sobreprima (sobreprecio/aumento del precio), subsidio (indemnización periódica), suscribir (contratar), tomador (contratante) y vencimiento (fecha de finalización).

Los restantes 21 son términos a sustituir por una breve explicación al no haberse encontrado uno alternativo en el lenguaje común. Por ejemplo: baremo de automóviles (sistema de valoración de daños personales en accidentes de circulación), contenido (mobiliario y objetos asegurados), continente (inmueble asegurado), carencia (período en el que todavía no se puede disfrutar de la cobertura), bonus malus (cálculo del precio del seguro en función del historial de accidentes), lucro cesante (lo que dejas de ganar), mora (retraso injustificado en el pago), repetición (reclamar lo pagado al responsable del daño), sobreseguro (asegurar por encima de su valor), franquicia (cantidad a cargo del asegurado) o unit linked (modalidad de seguro de vida en el que el contratante asume el riesgo de la inversión).