La histórica Pirotecnia Caballer ha entrado en liquidación al no superar el concurso de acreedores en el que entró el año pasado, según publicó ayer el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme). La compañía de Vicente Caballer presentó el año pasado el concurso voluntario después de un periodo de retrasos e impagos por parte de las administraciones públicas (ayuntamientos) y de una bajada de pedidos como consecuencia de la crisis. La magistrada del juzgado de lo Mercantil número 1 de València, Isabel Boguña Pacheco, ha abierto ahora la fase de liquidación. La empresa todavía atendía ayer al teléfono, aunque rechazó hacer declaraciones sobre su situación e insistió en que «todo está en manos del administrador concursal». El concurso lo ha llevado Olarte Madero Asociados.

La compañía valenciana es la empresa de fuegos artificiales más antigua de España con 138 años de historia. La juez decretó hace unos meses el cese de Vicente Caballer, que era el administrador único. Vicente Caballer, que nació en Godella en abril de 1943, forma parte de la tercera generación de una estirpe familiar entregada a la pólvora.

El concurso de Pirotecnia Caballer también ha alcanzado a la sociedad patrimonial Vicente Caballer e Hijos (domiciliada en Lliria) y a la mercantil La Baseta que agrupa los terrenos agrícolas y terciarios y que también ha entrado en liquidación.

La empresa contaba en el momento de entrar en concurso de acreedores con más de cien trabajadores. Vicente Caballer señaló el año pasado tras hacerse pública la situación económica de la firma que contaba con unas instalaciones de gran tamaño y muy seguras en las que invirtió una gran cantidad de dinero animado por la Generalitat Valenciana para «hacer la fábrica más modélica». El empresario aseguró en aquel momento que la deuda de la pirotecnia no llegaba al 10 % de las propiedades de la compañía.

La empresa se ha resentido en los últimos años por la competencia que le ha supuesto la fabricación de material pirotécnico desde China. Caballer declaró entonces que se había visto abocado a solicitar el concurso de acreedores por los impagos y demoras de los ayuntamientos y la caída de pedidos durante el momento más duro de la crisis.

Vicente Caballer ha representado la época dorada de la pirotecnia valenciana junto a su primo Ricardo Caballer, Miguel Zamorano y los Brunchú. La firma es la heredera del taller que Vicente Caballer Calatayud instaló en 1880 en Godella (Valencia) y a partir de la cual han salido varias ramas familiares dedicadas a la pirotecnia que han creado distintas firmas. Pirotecnia Caballer tenía varias divisiones y una de ellas se había especializado en el suministro de fuegos artificiales para parques temáticos. Desde esta división ha trabajado para parques como Disneyland Paris, Universal Estudios, Terra Mítica o Warner de Madrid.

Según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, Pirotecnia Caballer tuvo una facturación de 1,7 millones de euros en 2015 frente a 1,5 millones de euros en 2014. La compañía tenía en esos momentos un activos declarados por valor de 4,9 millones de euros.

El origen de los problemas económicos de Pirotecnia Caballer está en la compra de suelo para construir sus instalaciones en Lliria. De hecho, según publicó hace un año El Mundo, incluso uno de sus acreedores, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), solicitó la ejecución hipotecaria de unas fincas de suelo rústico en Lliria que el grupo familiar había adquirido por cuatro millones de euros hace unos años, precisamente el importe de su deuda.