Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Investigación

Bancaja pretendía construir 1.200 casas junto al circuito 'fantasma' de Hungría

El Gobierno húngaro retiró su apoyo a la ejecución de la pista de moto GP ante sospechas de corrupción y el proyecto se derrumbó

Demolición de la torre de Pecs que Share Capital compró para uso hotelero. levante-emv

Bancaja pretendía construir a través de la empresa Share Capital 1.200 viviendas junto al fallido circuito de moto GP en Hungría que impulsaron Vicente Cotino y el ex piloto valenciano Jorge Martínez Aspar. La pista de velocidad debía haber acogido su primera prueba el 20 de septiembre de 2009, pero el Gobierno húngaro retiró su apoyo al entender que era «ilegal» y acabó con el proyecto inmobiliario. El Banco de España descubrió después graves irregularidades en pagos a empresas de Vicente Cotino para ejecutar las obras. El negocio inmobiliario de Bancaja y Vicente Cotino en Hungría, como ha informado Levante-EMV esta semana, generó un agujero de 80 millones de euros. Bankia negocia vender por 3,2 millones los activos que valían 99.

El circuito de moto GP iba a ser la locomotora de la mayor promoción inmobiliaria en Hungría de Share Capital (la empresa que constituyeron Bancaja Hábitat, Vicente Cotino y el grupo de Andrés Ballester). El proyecto se iba a desarrollar en Sávoly sobre una superficie de cinco millones de metros cuadrados. Share Capital tenía intención de combinar un residencial de lujo con un campo de golf de 18 hoyos, un hotel con spa, casinos y centros comerciales. Según recoge el proyecto, al que ha tenido acceso este periódico, el área residencial iba a ocupar aproximadamente 150 hectáreas. La empresa pretendía construir chalés, adosados y apartamentos. Además, Share Capital proyectó en la zona un polígono logístico de 350 hectáreas.

Un informe de la dirección general de la Supervisión del Banco de España del 28 de junio de 2013 revela que Bancaja Hábitat acordó en abril de 2008 comprar los cinco millones de metros cuadrados de suelo rústico en Sávoly con una inversión de 15,6 millones de euros (10 millones para adquirir el terreno y 5,6 para «gastos de recalificación»). Una parte del suelo era para construir el circuito de moto GP. Al final, «se pagaron 6,46 millones de euros a empresas del grupo Cotino en concepto de préstamos para la construcción y promoción del circuito, y otros 8,5 millones en concepto de otros gastos contratados en gran parte por sociedades del grupo Cotino», según apunta el informe del Banco de España.

El circuito recibió el nombre de Balatonring. Las obras tenían que arrancar el 6 de noviembre de 2008 y la pista iba a ser la sede del Gran Premio de Hungría de Motociclismo. Sin embargo, el proyecto fue paralizado por la acuciante falta de fondos y las crecientes sospechas de corrupción. La polémica saltó de forma definitiva, según informó Interviú, cuando el periodista húngaro Támas Bodoky publicó el contenido de un informe confidencial del Ministerio de Finanzas de Hungría que calificaba el proyecto como «arriesgado, inviable e ilegal». El ejecutivo húngaro se desvinculó en ese momento del proyecto.

Banco de España

El informe del Banco de España subraya que tras la cancelación del acuerdo con el gobierno húngaro que supuso el fin del proyecto, el dinero que adelantó Bancaja desapareció. Al final, «ninguno de los importes adelantados (a las empresas de Cotino) fueron reembolsados. Se desconoce el destino real de los fondos anticipados» para las obras, concluye de forma demoledora el informe del Banco de España.

Además de los terrenos de Sávoly, Share Capital adquirió suelos en las ciudades húngaras de Paty y Pecs y en la localidad rumana de Odorhei que se encuentran actualmente sin desarrollar. La sociedad conjunta también compró en Pecs una torre de 80 metros de altura construida en los años ochenta que se iba a dedicar a uso hotelero. La adquisición se realizó con financiación de Bancaja de 7,2 millones. Sin embargo, el rascacielos se deterioró y el Ayuntamiento de Pecs acabó derribándolo por tres millones de euros, importe que ahora reclama.

En los últimos seis años, Share Capital ha tenido escasa actividad y se ha limitado a atender los gastos relativos a la propiedad de los activos de las filiales. Toda la tesorería con la que ha contado la compañía procede de la aportación de fondos y préstamos recibidos por Bancaja. Sin embargo, dado que no ha llegado a iniciar los proyectos urbanísticos a través de sus filiales, la firma no ha podido atender el pago de los préstamos.

Bankia (que tiene un 43,02 % de las acciones de Share Capital) instó en 2015 el concurso de acreedores de la sociedad para proceder a su liquidación. La firma declaró el año pasado unas pérdidas de 3,74 millones de euros y acumula un pasivo de 87,5 millones de euros.

Compartir el artículo

stats