¿Cómo mide Eurostat o los respectivos organismos nacionales de estadísticas de los estados miembros el riesgo de pobreza o de exclusión social de sus ciudadanos? La oficina estadística de la Unión Europea explica que para recaer en esta categoría se tiene que vivir en una de estas tres circunstancias:

1. En riesgo de pobreza (ingresos por unidad de consumo por debajo del 60% de la mediana).

2. En hogares sin empleo o con baja intensidad en el empleo (hogares en los que sus miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% del total de su potencial de trabajo durante el año de referencia de los ingresos).

3. En hogares con carencia material severa.

Las personas solo se cuentan una vez, aunque puedan estar en uno solo o en varios de estos tres escenarios.

Para analizar el tercero de ellos, el de las carencias severas, los organismos de estadísticas realizan encuestas entre los ciudadanos para analizar nueve hábitos que pueden o no hacer en función de su economía:

- Pagar el alquiler o las facturas de los servicios básicos del hogar.

- Mantener la casa con una temperatura adecuada.

- Hacer frente a gastos imprevistos.

- Comer carne, pescado o una proteína equivalente cada dos días.

- Poder irse de vacaciones al menos una semana al año.

- Tener un coche.

-Tener una lavadora.

- Tener una televisión en color

- Tener un teléfono.

Según los resultados para estos nueve conceptos, se estima una distribución de la población en relación con su situación de condiciones materiales de vida. Los más pobres son los que no pueden realizar ninguna de estas nueve acciones, según explica Eurostat.

El 7 %, con carencias severas

Se estima que algo más del siete por ciento de la población valenciana vive con carencias materiales severas (sufre al menos cuatro de los 9 carencias materiales que mide el indicador Arope).

Aproximadamente un 11 % de los valencianos tiene problemas para llegar a fin mes, mientras que el 49,4 % no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos de 700 euros.