La buena marcha sostenida, mes a mes, por el aeropuerto de València lo ha convertido en una referencia por su dinamismo dentro de Europa. La recuperación económica y el tirón turístico de la ciudad lo han situado como el tercero de mayor crecimiento en el continente dentro de su segmento, es decir, entre las instalaciones que mueven entre 5 y 10 millones de pasajeros al año.

Son datos del primer semestre del año, facilitados por la consultora ACI Europe, y que constatan un aumento del tráfico del 20,2% en Manises durante los seis primeros meses de 2018. Solo Sevilla (26,9%) y Nápoles (24,7%) han elevando más sus estadísticas. La capital supera a otros destinos emergentes, como Riga o Cracovia. En total, el tráfico en los aeropuertos europeos creció un 6,7%, un 5,4% si solo se tiene en cuenta a los de la Unión Europea.

El crecimiento turístico de la capital es una de las explicaciones de este aumento en la actividad aeroportuaria. En julio, el aeropuerto movió casi 800.000 viajeros, el mejor mes de su historia. Pero no todos los destinos autonómicos están creciendo. Benidorm sufre el impacto del «brexit». La caída del 10% de los turistas procedentes del Reino Unido ha provocado que los hoteles de Benidorm mantengan la tendencia bajista y hayan cerrado la primera quincena de agosto con una disminución de 1,6 puntos en la ocupación, al situarse en el 90,7%.

Según la patronal hotelera Hosbec, supone «uno de los peores registros de los últimos años», ya que hay que remontarse a lo más duro de la crisis económica, 2012, para observar datos por debajo del 90%. Esta caída tiene también su origen en una disminución importante de la capacidad aérea de Alicante con Reino Unido.