La nueva patronal autonómica CEV mantendrá el poder que ahora atesora el empresariado valenciano en la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) cuando a finales de año su actual presidente,el catalán Joan Rosell, ceda el testigo tras cumplir el máximo de dos mandatos de cuatro años. Aunque suenan, por ahora, dos nombres como sucesores, lo cierto es que en la organización hay bastante coincidencia en que al final el candidato de consenso será el actual presidente de Cepyme y, por tanto, uno de los vicepresidentes de CEOE, el vasco Antonio Garamendi, quien ya compitió sin éxito contra Rosell en 2014.
José Vicente González, presidente de Cierval, la antecesora de la CEV como autonómica hasta que desapareció el año pasado, ocupó con Rosell una de las vicepresidencias de la CEOE, aunque su papel quedó reforzado tras la reelección de este en diciembre de 2014, ya que redujo la estructura y lo convirtió en uno de los cuatro vicepresidentes, además con mucho peso en la representación exterior de la patronal española, en la que en numerosas ocasiones ha sustituido a Rosell.
Hace tiempo que González y el presidente de la CEV, Salvador Navarro, tienen pactado que el primero, ya solo presidente de Feria Valencia, dejara sus cargos en la CEOE y que el segundo le relevará. En estos momentos, el otro nombre que aparece en algunas quinielas de la capital como también aspirante al liderazgo empresarial español es el de Joaquim Gay de Montellà, actual presidente de la patronal catalana Foment del Treball. No obstante, fuentes empresariales consultadas por este diario no dan consistencia a esta candidatura. Además de su avanzada edad, Gay de Montellà va a dejar pronto el liderazgo del empresariado catalán, donde el principal candidato ahora es el expolítico de Unió Democràtica, Josep Sanchez-Llibre. Las citadas fuentes consideran que los movimientos que están percibiendo por parte del todavía líder de Foment del Treball están dirigidos en realidad a «obtener algo a cambio». No mantener su actual vicepresidencia en CEOE, que ocuparía su sucesor, pero sí tal vez «alguna fundación».
Si esto es así y el camino de Garamendi queda expedito, su elección es una buena noticia para la Comunitat Valenciana porque hay buena sintonía entre él y los principales dirigentes empresariales de la autonomía. El empresario vasco ha presidido hasta el pasado enero Confemetal, una de las sectoriales más poderosas de la CEOE. Allí trabó una excelente relación con Vicente Lafuente, líder de la patronal valenciana del metal Femeval y vicepresidente de la CEV. De hecho, este último era el principal candidato a suceder a Garamendi en Confemetal, pero no dio el paso adelante por cuestiones personales. El empresario vasco -Getxo (Vizcaya), 1957- también ha forjado una sólida relación con Navarro en Cepyme, donde el presidente de la CEV ha ejercido como vicepresidente en los últimos años.
Las fuentes consultadas aseguran que, en un escenario sin sorpresas en el que Garamendi se haga con la presidencia de CEOE, Navarro pasará a ocupar una de las vicepresidencias en sustitución de González. La CEV peleará entonces por que Lafuente ocupe la vicepresidencia que dejará vacante en Cepyme. También estará por cubrir la propia presidencia de la organización filial de pequeñas y medianas empresas, pero eso es harina de otro costal.
Estos objetivos parecen factibles. Más difícil es que Navarro mantenga el nivel de influencia exterior de José Vicente González, quien, ya jubilado de la dirección de su empresa multinacional y con una Cierval en fase terminal, pudo capitanear numerosas delegaciones de la patronal española al extranjero. Navarro aún tiene que acabar de cerrar las costuras de la nueva CEV y tiene diversos negocios en el ámbito del transporte. La patronal valenciana cuenta con 21 vocales en la asamblea de la CEOE, por detrás de los 83 de Cepyme, los 45 de Foment y la patronal madrileña, los 30 de Unesa (eléctricas) y los 25 de la AEB (banca).
