P ¿Qué es el emprendimiento social?

R Es el emprendimiento que persigue la generación de un alto impacto positivo en la sociedad y en el medioambiente a través de una organización sostenible, entendiendo la sostenibilidad desde tres perspectivas: la social, la medioambiental y por supuesto también la económica.

P ¿Queda mucho por hacer en este ámbito?

R El emprendimiento social no es algo nuevo pero es en la última década cuando se ha concebido como un sector o movimiento a nivel global y cada vez hay más personas emprendiendo, invirtiendo o consumiendo en este ámbito. Hay países donde el sector está más maduro que en nuestro país, pero en España estamos dando pasos importantes para consolidar el sector y estamos avanzando rápido. Queda mucho por hacer en la medida en que nos enfrentamos a grandes retos como Humanidad- los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU los pone bien de manifiesto- y el emprendimiento social trabaja para acabar con ellos. Por ello dar soporte a las empresas e iniciativas dedicadas a provocar un cambio para un futuro mejor nos interesa a todos.

P ¿Qué es Social Nest y dónde actúa?

R Nació en el 2010 con la visión de ser una organización global de personas y organizaciones unidas para construir un futuro mejor. Acompañamos a personas y entidades con propuestas emprendedoras generadoras de un alto impacto social- en nuestro país o fuera de él- para que puedan desarrollar sus emprendimientos de forma sostenible. Impulsamos las empresas de impacto y también la inversión de impacto.

P ¿Es rentable?

R Es una fundación y por tanto una entidad sin ánimo de lucro que no persigue la rentabilidad financiera, aunque sí obviamente necesita una sostenibilidad. Gracias a la colaboración principalmente de empresas desarrollamos programas, actividades y eventos alineados con nuestra misión para acompañar a personas emprendedoras en el desarrollo de sus proyectos de impacto social o ambiental.

P ¿Son receptivos los empresarios cuando les presenta su proyecto?

R Existe aún mucho desconocimiento sobre el emprendimiento social en todos los ámbitos. Esta es una de las principales barreras que tiene el sector en estos momentos y por lo que trabajamos. Cuando las personas comprenden qué es y ven casos enseguida se entiende la necesidad que tenemos todos de que existan y la importancia de apoyarlas.

P ¿Cómo fue dar el paso de ingeniera a emprendedora?

R Soy bastante reflexiva y una decisión así no la tomé de la noche a la mañana. Fue un proceso. Estaba en EE UU estudiando un Máster en la Universidad de Harvard cuando sentí que debía intentar aportar un granito de arena con mi trabajo. Descubrí allí de su existencia, de su desarrollo en otros países y me formé en emprendimiento social. Al graduarme tomé la decisión de volver a España e impulsar Social Nest desde València cuando no existía ninguna entidad similar en nuestro país. Sí tuve cierta sensación de salto al vacío, pero no podía dejar de intentarlo.

P En una época tan mercantilista como esta, ¿cómo conjuga ser una empresa social, con la oportunidad de negocio y la rentabilidad económica?

R En las empresas sociales la intención de generar un impacto es la base y su razón de ser y eso define su modelo. Por ello adoptan modelos muy diversos en función del sector al que se dediquen y del reto social sobre el que trabajen. Buscar el equilibrio entre el impacto y la rentabilidad no es tarea sencilla. Para algunas conjugar ambos significa adquirir modelos de financiación híbridos pero cada vez más hay empresas sociales rentables, escalables y que hacen uso de la tecnología para llevar a cabo su impacto.

P Ahora que existe una mayor conciencia social, ¿se traslada esta sensibilidad al mundo de la empresa?

R Sin duda. Podemos ver en anuncios por ejemplo de productos y marcas cómo cada vez buscan transmitir el lado eco, o sostenible o social de la empresa porque son conscientes de que cada vez los clientes son más sensibles a ello. Las empresas van tomando consciencia de que su sostenibilidad en el tiempo no depende sólo una cuenta de resultados sino de cómo responden de una forma más positiva al impacto social y medioambiental que su empresa tiene.

P ¿Es más fácil emprender en este sector ahora que hace unos años?

R Emprender siempre es complicado pero es cierto que ahora se comprende más qué es eso de emprender.

P ¿Se dan grandes inversiones en España en emprendimiento social?

R La inversión de impacto en España y a nivel global aún es pequeña comparada con la inversión tradicional. A nivel global la inversión de impacto crece a un ritmo de entorno a un 20% anual y la tendencia de crecimiento también se va a seguir en España.

P Lo que a priori suena como utopía, mejorar el mundo, es para usted un trabajo. ¿La recompensa emocional supera a la económica?

R Algo así solo lo puedes hacer cuando te apasiona lo que haces y crees firmemente en ello. Emprender es difícil, así que emprender una entidad como Social Nest que ha tenido y tiene que luchar con barreras como el desconocimiento no lo es menos. Cada día conozco y trabajo con personas que quieren poner su granito de aren. Merece la pena pasar por todas las dificultades. Es fantástico ver cómo en ese mundo, que a veces vemos tan mal, hay al mismo tiempo tantas personas comprometidas por hacer algo para mejorarlo.

P Su visión comprometida y perseverante con la sociedad ¿es compartida por toda la empresa?

R En las empresas sociales es fundamental que todas las personas crean en la misión de la organización y quieran resolver el problema que la organización ataca. Si las personas no están alineadas no funciona. Eso sí, cuando las personas viven ese objetivo común que además busca aportar un valor más allá del individual el poder de hacer cosas es enorme.