No hay mucho margen para la melancolía si el día en que celebras tu fiesta de 30 aniversario coincide con la caída de Lehman Brothers. La clase obrera todavía sangra por las heridas de la Gran Depresión. La UGT-PV reunió ayer a más de mil personas en el Palau de la Música de València para celebrar esta efeméride, que coincide además con los 130 años de la fundación del sindicato de Pablo Iglesias. Fue una mañana de reencuentros con los antiguos compañeros y líderes del sindicato. Pero también fue un día para actualizar el discurso y consolidar los cimientos.
«Los principios de hace 130 años siguen absolutamente vigentes. Vivimos el ataque de un populismo conservador potente que inocula odio a Europa. Necesitamos un nuevo contrato social para hacer frente a eso», proclamó el jefe del Consell, Ximo Puig. El presidente agradeció a UGT su «papel fundamental» en la recuperación del autogobierno. Con todo, el contexto Europa dominó el acto. «Hay que saber que los derechos se conquistan, y no hay derechos para siempre, como estamos viendo lamentablemente en Europa, cómo los viejos fantasmas del pasado vuelven a aparecer», terminó el también secretario general del PSPV.
La deriva nacionalista y populista en Europa escuece en las filas izquierdistas, con el golpe muy vivo esta semana del extremismo de derechas penetrando hasta el tuétano del 'paraíso' sueco, patria del Estado del Bienestar. «Tenemos un grave problema con Europa», diagnosticó Ismael Sáez, secretario general de UGT-PV. «Europa es hoy es un espacio de confrontación entre países en los marcos estrechos de los viejos estados-nación, donde la devaluación del salario se usa como factor de competitividad. El movimiento sindical tiene que hacer una propuesta para un salario mínimo interprofesional, para ensayar una negociación colectiva europea. Es fundamental para evitar que el neoliberalismo, el racismo, la xenofobia que amenazan su integridad se abran camino», valoró el dirigente.
Fue una mañana emotiva en la Palau de la Música, con homenaje a los militantes que llevan en el sindicato estos 30 años y a los antiguos dirigentes. La central reunió a Rafa Recuenco, Conrado Hernández, Gonzalo Pino y el propio Ismael Sáez, los cuatro dirigentes del sindicato desde que se creó la estructura autonómica.
Al ritmo de la Internacional, el sindicato aprovechó para mirar al pasado, a los viejos símbolos, a los históricos como Rodolfo Llopis, líder de UGT en el exilio, pero también para marcar nuevos rumbos. «Están cambiando las formas de trabajo, hay nuevos nichos no anclados en la empresa tradicional, ligados a la digitalización. El sindicato tiene que tender a ocupar esos espacios. En eso estamos ahora. El sindicato tienen que empezar a entender que ha de salir fuera de las empresas para atender una demanda que cada día es mayor», valoraba el secretario de Acción Sindical en Madrid Gonzalo Pino.
Presencia institucional
El acto contó con una gran presencia institucional. Desde el delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, a la vicepresidenta de las Corts, Carmen Martínez, pasando por el presidente de la Diputación, Toni Gaspar, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, el expresidente Lerma y una amplia representación del Ayuntamiento de València, con Joan Ribó al frente.
También hubo representantes del PP, con Isabel Bonig, o Ciudadanos, con el diputado Tony Woodward. No faltaron tampoco otros dirigentes sociales, como el secretario general de CC OO, Arturo León, o los dirigentes empresariales Salvador Navarro (CEV), o Vicente Lafuente (Femeval).