El Ministerio de Hacienda calcula que rebajar el Impuesto de Sociedades a las pymes, desde el 25% al 23%, tendría un coste para las arcas del Estado de unos 260 millones de euros y beneficiaría a 350.000 empresas, todas aquellas que facturan menos de un millón de euros, según los cálculos de este departamento. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, adelantó ayer, en una entrevista en RNE, que el Gobierno «está explorando la posibilidad» de rebajar del 25% al 23% el tipo nominal del Impuesto sobre Sociedades que pagan las pymes que facturan hasta un millón de euros.

Montero afirmó que está estudiando con Unidos Podemos diferentes alternativas, y señaló que, aunque «todavía no es seguro», le «parece razonable» ese umbral de rebaja.«Ambas formaciones creemos que los grandes grupos empresariales deben contribuir más, mientras que los que han sostenido a pulmón este país, que son las pymes, los autónomos y los trabajadores, deben contribuir menos», indicó la ministra.

«Los pequeños negocios, normalmente familiares, son una parte muy importante de nuestro modelo productivo y a los que más tenemos que ayudar porque han tenido un peor tránsito en la crisis y son, en el mundo empresarial, a los que nos queremos dirigir de manera prioritaria», subrayó Montero.

Por otro lado, los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) calculan que la bajada de Sociedades a las micropymes apenas les ahorraría 36 millones de euros en impuestos y solo afectaría a 7.202 sociedades, el 0,5% de las empresas que facturan menos de un millón de euros al año. En este sentido, los técnicos explican que sobre el 95,5% restante, la rebaja no tendría ningún impacto, ya sea por tratarse de compañías que registran pérdidas -como le ocurre al 74,1% de las empresas que conforman este colectivo- o por aplicar las deducciones o las compensaciones de cuotas por pérdidas de cooperativas que agotan la cuota líquida.

IRPF

Montero, por otra parte, también precisó ayer que el alza del tipo del IRPF de tres o cuatro puntos que negocia el Gobierno se aplicará finalmente a las rentas del trabajo a partir de 140.000 euros, y confirmó que también subirá el impuesto para los rendimientos del capital.