La crisis del ladrillo arrasó el ecosistema y solo sobrevivieron los actores más fuertes, que resultaron ser los más prudentes. Del cataclismo emerge un nuevo hábitat donde la nueva especie dominante está formada por sujetos más grandes y de acento extranjero. El sector inmobiliario afronta la recuperación con una fisionomía nueva.

Las grandes promotoras respaldadas por fondos de inversión extranjeros se han quedado con las mayores bolsas de suelo. El último caso se ha presentado en sociedad esta semana: el gestor de fondos alemán Aquila Capital desembarca en València con mucho ruido. Ha 'comprado' el PAI de la Fuente de San Luis, junto al nuevo hospital la Fe, y tiene previsto construir antes de tres años 1.300 viviendas en un proyecto valorado en 350 millones.

La magnitud de sus planes queda resumida en un dato: su previsión de 1.300 viviendas supone prácticamente duplicar los pisos que los grandes fondos de inversión tienen previstos en la capital.

Tal como contó este diario antes del verano, cuatro firmas acumulan suelo para levantar 1.500 pisos en la ciudad. La promotora Aelca, respaldada por el fondo de EE UU Värde, proyecta 368 viviendas en cartera repartidas entre Patraix, Nou Campanar, Malilla, Nou Moles y una pequeña promoción en el PAI de les Moreres. Otra promotora vinculada a Värde, Vía Célere, ha lanzado 22 viviendas en la Petxina.

Aedas, controlada por el fondo estadounidense Castlelake, acumula tres promociones en marcha con 389 pisos en Nou Campanar, Quatre Carreres y el futuro pabellón de deportes de Juan Roig. Finalmente, Neinor, liderada por el fondo israelí Adar Capital, tenía hasta ahora la mayor bolsa de suelo, para 713 viviendas, en Malilla, Nou Campanar y Quatre Carreres. Destaca la apuesta del fondo americano Harbet, aliado con la gestora inmobiliaria Momentum, que han comprado suelo a precio de oro en Alfahuir y Campanar para levantar otras 380 viviendas. Estos movimientos se suman a otros como el del fondo de pensiones holandés APG, aliado con Renta Corporación para comprar activos residenciales de alquiler en València.

Para este proyecto, el gestor de fondos alemán Aquila Capital parece no haber reparado en gastos. Los 350 millones de la inversión anunciada se desglosan en 130 millones destinados a la construcción de las 1.300 viviendas (544 serán de protección pública); unos 48-50 millones para la urbanización de la zona, y el resto, 172 millones, el precio del suelo y la inversión que se acometa, aun por concretar, en los 75.000 metros de terciario de que dispone este plan residencial sur Fuente de San Luis.

Esta bolsa de suelo ha sido adquirida a dos empresas (Proalival y Analyst) ligadas al grupo Bertolín, que era además el agente urbanizador. El grupo valenciano comenzará en octubre unos trabajos previos para iniciar la urbanización a principios de 2019.

Aquila se dedica principalmente a vender viviendas al usuario final, pero es posible que alguno de los edificios sea vendido a algún fondo europeo para que salga en alquiler, una forma de acelerar la ocupación del 'barrio'. Es algo que ya han hecho en Madrid, Barcelona o Málaga, donde han operado hasta ahora y tienen en marcha 3.100 viviendas.

En cuanto a la financiación del proyecto, Aquila y los fondos que gestiona han desembolsado con recursos propios toda la inversión acometida hasta ahora. La construcción de las viviendas se realizará con financiación bancaria, ofreciendo a los futuros propietarios subrogarse dicha hipoteca.