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Las bolsas dan la voz de alarma en medio de la desaceleración

Los expertos discrepan del alcance del desplome de los mercados Pallardó dice que el peligro es que cunda el pánico tras el ajuste necesario en EE UU

En un clima general de incertidumbre ante la cada vez más evidente desaceleración económica, las bolsas llevan dos días dando la voz de alarma. El miércoles, Wall Street se desplomó y las ondas de su caída se desplazaron de madrugada hacia los mercados asiáticos y, a lo largo de ayer, a los europeos, cuyos índices sufrieron, eso sí, descensos menos acusados. ¿Qué está pasando? ¿Qué nos tratan de decir los inversores? ¿Qué se esconde tras estos movimientos?

Los expertos consultados vienen a dirigir su dedo hacia la Reserva Federal de Estados Unidos, la Fed, que, según dijo ayer Trump, «se ha vuelto loca». Si lo dice él, lo normal es que sea justo lo contrario. La cuestión es que el banco central estadounidense lleva ya un tiempo normalizando su política monetaria y todo indica que podría decretar otra subida de tipos. Según Vicente Pallardó, profesor de Economía Aplicada de la Universitat de València, «la política fiscal de EE UU es un disparate y la Fed no puede cruzarse de brazos ante las burbujas y las tensiones que hay en el país». Es más, en su opinión, «es necesaria» una corrección en Wall Street, que se encuentra en máximos históricos, como también es «saludable» hacerlo en el mercado inmobiliario de algunas zonas de aquel país, dado que los precios se han disparado.

La subida de tipos en Estados Unidos está provocando la apreciación del dólar y penalizando a países emergentes como Brasil, Argentina, Turquía o Sudáfrica, porque tienen su deuda referenciada a esa moneda y les cuesta más devolverla. Además, la divisa estadounidense se ha vuelto más atractiva y cada vez es mirada con mejores ojos por los capitales. Asimismo, como explica el director de Renta 4 Banco en València, Juan Espinós, el bono a diez años de EE UU está por encima del 3,2 %, un porcentaje que no alcanzaba desde hace siete años.

Empresas

La consecuencia de este alza es que las empresas van a tener que pagar más por su deuda. «El principal temor estriba en que esta situación acabe suponiendo un freno para la positiva evolución de la economía estadounidense que impacte sobre las expectativas de beneficios de las empresas», asegura Borja Gómez, director de análisis de Dunas Capital-Inverseguros.

Pallardó afirma que la única novedad en la coyuntura económica internacional de los últimos días ha sido las correcciones al crecimiento del FMI, pero añade que al Fondo «nadie le hace caso». En consecuencia, no ve «preocupante» la caída en los mercados. Según su criterio, la corrección en Estados Unidos es «imprescindible». Ahora bien, el problema es que haya «pánico generalizado». El Ibex español está ahora en 9.000 puntos, casi la mitad que antes de la crisis. Nada que ver con la bonanza, al parecer artificial, de Wall Street. Según este experto, si el desplome de la bolsa neoyorkina se extiende al resto de mercados de forma acusada, entonces sí hay peligro de que «pueda afectar seriamente al crecimiento», porque la coyuntura económica ya está tensionada por otros factores como la crisis de los emergentes, la guerra comercial emprendida por Trump, la situación en Italia o el futuro del Bréxit.

Espinós cree que es pronto para saber si la caída bursátil «nos anuncia algo», apunta a que hay que esperar a la inminente campaña de publicación de resultados empresariales en EE UU para ver la salud real de aquella economía y recuerda los factores citados por Pallardó que no estaban presentes en la anterior corrección bursátil brusca, la de febrero de este año. Por su parte, la patronal valenciana CEV considera que «es muy posible que estemos presenciando el inicio de ajuste en el ciclo». Todo ello «lleva a las economías a una bajada de su suelo de crecimiento, con lo que, sin significar ni anticipar un descalabro económico ni financiero, sí se está confirmando una ralentización en la economía real y un ajuste en la economía financiera».

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