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Entrevista

Rafa Climent: "Las ayudas del Consell deben servir para que el ajuste en Ford sea menor"

El titular de Economía se muestra dolido por los conflictos públicos que se han vivido en su conselleria entre los dirigentes de su partido, Compromís, y los altos cargos del PSPV: «No he querido entrar en esa dinámica nunca; el lapidado he sido yo»

¿Qué balance hace de la legislatura y qué queda por hacer?

Me hubiera gustado tener más dinero para consolidar todos los proyectos que hemos desarrollado. Hay muchas ideas pendientes, iremos hablándolo y estarán en el programa electoral de Compromís. El balance es positivo. Por ejemplo, en reindustrialización tenemos por primera vez en democracia ayudas a la modernización de polígonos, 239 en más de 60 municipios.

¿En qué se concreta el buscado cambio de modelo productivo?

La idea de transformar el modelo es transversal. No se entiende sin la educación o sin el talento. Irá adelante con formación y gente preparada. Cuando planteé ideas de legislatura puse luces largas, pensando en 20 ó 30 años. Hemos hecho cosas. Hemos puesto en valor los institutos tecnológicos. Su deuda de 40 millones hoy está fuera, y les avanzamos el dinero. Eso favorece su productividad, sobre todo pensando en que somos pyme y sin institutos es difícil crecer. Otra idea: es importante el cambio de modelo energético. Hemos sido arriesgados, apostando por el autoconsumo, y tenemos programas para el futuro que pueden dar resultados importantes a partir de ahora. 58 empresas han pedido ayudas en esta última convocatoria, de hasta 500.000 euros al 0% a devolver en diez años. Desde que gobierna el Botànic el paro ha bajado casi un 32%. Estamos poniendo las bases para que todas estas cosas pasen.

¿Algo de autocrítica?

Tenemos un problema: la lentitud burocrática. Hemos dado un pasito con la ley de atracción de inversiones prioritarias pero no es suficiente. Una petición clara del sector empresarial es la agilidad. Lo tenemos complicado por la legislación. Por poner otro pero: no haber resuelto de forma clara el plan eólico, es un 'suspensito'. Si todo va bien, pronto tendremos clara su revisión, y sacaremos un decreto para la minieólica.

¿Esperaba un mazazo tan importante de Ford, que anuncia el cierre de plantas en Europa?

Si de repente ves que las exportaciones bajan un 12,4%, si oyes que hay una reunión en el ámbito europeo empiezas a pensar: alguna restricción harán. Pero no hay que generar miedo. La factoría de Almussafes se encuentra en una situación, gracias al Kuga y la inversión del nuevo modelo, que hace que esa reestructuración no sea tan drástica como en otras plantas y espero que no se note el efecto de esa restricción en el empleo, de manera directa o indirecta. Ford es una empresa tractora. Yo mantendría la confianza en que Almussafes se mantenga tal cual está o, si perdemos, que sea poco.

¿Piensan tomar alguna iniciativa desde el Consell para tratar de ese impacto sea el menor posible?

Creo que la planta de València cuenta con dos ventajas importantes para que el impacto sea el menor posible. Una es la paz social y otra, las ayudas claras de la administración autonómica. Eso para Almussafes es un argumento importante para vender el producto a los que toman las decisiones. En ciertos territorios eso no pasa. Vuelvo a repetir: toda la confianza del mundo, vamos a esperar acontecimientos y si tenemos que sentarnos otra vez -tenemos una comisión tres consellerias, Presidencia y Ford- volveremos a sentarnos y veremos qué posiblidades tenemos.

Se dice que usted no es partidario de ayudas a las grandes multinacionales. No sé cómo casan las ayudas millonarias a Ford con su defensa de la pyme.

Las de Ford son ayudas fundamentadas en la innovación. Todo lo que ayude a que nuestros productos ganen calidad, estoy de acuerdo. Quiero que quede claro, básicamente como representante de Compromís. Nosotros hemos de velar por la realidad de nuestro territorio, y el 99% son pymes. Hemos de enfocar la visión y ayuda a las pymes con la idea de que pueden crecer. Pero no quiere decir que si tenemos empresas tractoras, y que además generan pymes, no estemos a su lado. Es una falacia como una catedral que estemos en contra, pero Compromís quiere ayudar a los sectores desde la realidad y no desde la virtualidad. Me encantaría que nuestras pymes crecieran y llegáramos a tener empresas de 50 trabajadores en adelante, pero el 98% tiene menos de diez. Si no hago políticas encaminadas a mejorar esas empresas, cometo un error. Si empezamos a sacar ayudas para multinacionales lo que haremos es cerrar el resto y el bienestar que tenemos, lo perderíamos.

Los horarios comerciales han sido el gran debate. Tras las expectativas iniciales, ¿le satisface el cierre de 25 de 63 festivos?

Tengo la sensación de éxito. En esta vida todos nos movemos por nuestra ideología. Vengo de un pueblo pequeño, y a mí el comercio de proximidad que no me lo toque nadie. Es un indicador de vida, de convivencia, eso se difumina en la gran ciudad. Vi el conflicto cuando entré y dije que la única vía factible de cerrar el debate era desde el acuerdo. ¿Qué me gustaría? Seguir profundizando en el comercio de proximidad. Seguir manteniendo este acuerdo y perfilarlo con el tiempo hasta el punto de que se puedan cerrar todos los domingos. Y les diré por qué: vamos hacia la logística. Creo que eso será natural porque podrán comprar un domingo desde casa y tenerlo en casa en horas. Lo tenemos claro y estamos trabajando en polígonos logísticos.

La legislatura ha sido especialmente convulsa en lo que ataña a la convivencia entre PSPV y Compromís dentro de la conselleria [dimisión del socialista Diego Macià, salida de María José Mira tras su enfrentamiento, choques por la libertad horaria]. Ha habido conflictos internos y han trascendido de forma pirotécnica. ¿Hace alguna autocrítica?¿Ha sido un error el mestizaje por el posible conflicto ideológico?

Muchas veces perdemos de vista que estamos en la institución, y ha de ser más importante que el partido. A veces no pasa. Estoy de acuerdo con el mestizaje. Mi primera frase cuando en esta mesa reuní a todo el equipo fue: 'Espero que el carné os lo dejéis fuera, y si somos capaces, no habrá pirotecnia'.

Parece que no le hicieron caso.

Cada uno que asuma sus responsabilidades. Desde el primer momento tengo claro que soy institución, y tengo que trabajar por mejorar la vida de la gente. Dentro de mis competencias no he hecho otra cosa. No quiero criticar a nadie, que quede claro. Y no he querido entrar en esa dinámica nunca. Supongo que se habrán dado cuenta de que el lapidado he sido yo. Solo con que eso lo vean es suficiente. En ningún momento he lapidado a nadie ni lo haré. A partir de ahí los fuegos de artificio interesan de forma partidista, e interesan a alguno o alguna. Nosotros lo hemos sufrido pero como llevamos ciertos años en política, sabemos sufrir callados.

¿Cómo ha sido la relación de Compromís con la empresa? Los mayores conflictos se han dado en sus carteras (tasa de residuos, SDDR, Puerto Mediterráneo).

Cuando Compromís llegó a Economía el mundo empresarial pensaba que íbamos a romper el mundo. La gente de Compromís queremos este país igual que cualquier otro. La economía, o esta conselleria, tiene que provocar que la gente viva dignamente. Esos conflictos serán puras coincidencias, que además hemos de poner encima de la mesa porque tenemos una ideología y no hemos venido aquí a hacer cosas que vayan en contra directamente de lo que pensamos. No vamos en contra por naturaleza. Hay muchas cosas que hemos solucionado buscando la fórmula que funcione para todas las partes. Si no, con los horarios hubiéramos judicializado. No lo hemos hecho, hemos buscado diálogo, acuerdo.

¿Cómo es su relación con Salvador Navarro y el diálogo social? ¿Qué le pide a los empresarios?

Mi relación con Salvador es muy buena y de diálogo continuo y directo. Le digo lo que pienso y no me caen los anillos. Desde 2016 empiezo a pedir subida de salarios, entiendo que la crisis ha desaparecido y se gana dinero en las empresas. Eso tiene que equidistribuirse. Hay dos temas fundamentales: subida de salarios, y la brecha salarial de la mujer, que se ha de revertir.

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