La dirección de Ford Europa baraja en su plan de recortes del viejo continente la venta de una industria auxiliar de la automoción que posee cerca de Burdeos (Francia), dedicada a la producción de cajas de cambio y donde emplea a unos 850 trabajadores. La industria situada en la localidad de Blanquedort, que está en funcionamiento desde hace cuatro décadas y suministra componentes tanto en Europa como en Estados Unidos, forma parte de los planes de desinversión que la marca del óvalo acaba de anunciar para disminuir producción de automóviles y motores así como recortar plantilla tras su pérdida de rentabilidad.

La venta de esta instalación de Ford, que ya barajó hace una década tras su anterior programa de reestructuración, forma parte de la estrategia de la multinacional norteamericana por el importante descenso de las ventas de los coches equipados con estas piezas para los automóviles en Estados Unidos. Entonces negoció con la empresa francesa HZ Holding France SAS. Tras este nuevo episodio de crisis los representantes de los trabajadores de la citada instalación de transmisiones en el país galo han comenzado a movilizaciones por el temor a la pérdida de puestos de trabajo en una mercantil que llegó a superar el millar de ocupaciones.

Balance Ford

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Rentabilidad e inversiones

El presidente de Ford Europa, Steven Armstrong, dibujó un panorama muy negro en su reunión del pasado 9 de octubre con el comité de empresa intercentros y anunció a los dirigentes sindicales que la compañía «debe volver a ser rentable a partir de 2019», según indica el comunicado del Comité de Empresa Europeo de Ford (FEWC). Sin concretar la repercusión en cada una de sus fábricas y personal de automóviles, motores y centro de diseño (España, Inglaterra, Francia, Alemania, Turquía y Rumanía), el máximo ejecutivo del grupo en el viejo continente explicó que la dirección de Dearborn (Detroit) -es decir el cuartel general de Ford Motor- está «extremadamente insatisfecha» con los número rojos en Europa y «está perdiendo la paciencia».

A medio plazo, el grupo automovilístico «debe alcanzar un beneficio antes de intereses e impuestos del 6-8 % de las ventas». Hasta que no se alcance este objetivo «no habrá nuevas inversiones en Ford Europa, y por tanto no habrá perspectivas de futuro», advirtió la dirección de la mercantil.

Mientras los jefes de Ford «revisarán planta por planta», los sindicatos lamentan que «los costes laborales estén, por supuesto, una vez más en la primera página de la agenda, así como los salarios».

La factoría valenciana cuenta con casi 8.000 trabajadores repartidos que producen 1.800 vehículos diarios. El secretario general de UGT Ford, Carlos Faubel, representante en el comité europeo, quien atribuye la crisis de la compañía a los desequilibrios financieros, sostiene que la fábrica valenciana tiene garantizada una producción estable hasta finales de 2018 y su plantilla -de la que un 99 % es fija- está adaptada a esa producción. El comité admite la «grave crisis» en Ford Europa, pero pide no culpar a empleados de los «errores» de la dirección.

Los peligros del Brexit

BrexitPocos días después de las preocupantes noticias que llegan desde Ford -cuyas ventas en Europa han caído un 11,4% en septiembre respecto a 2017, hasta 128.700 unidades- Armstrong advirtió ayer a través de un comunicado que un Brexit «duro» podría dañar «gravemente» la competitividad del Reino Unido y resultar una «amenaza» importante para gran parte de la industria de la automoción, incluidas las propias operaciones de la corporación estadounidense en suelo británico.

No obstante, Armstrong, según informa Europa Press, señala que este sería el "peor" de los escenarios y espera que se alcance un acuerdo para la salida de Reino Unido de la Unión Europea . En su opinión, «es vital que cualquier acuerdo entre el Reino Unido y la UE mantenga un comercio sin fricciones y se evite congestión y bloqueos en los puertos de transporte de mercancías socavaría nuestro sistema de fabricación Just-In-Time (justo a tiempo)».