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El crecimiento del PIB mantiene el optimismo

El PIB de la Comunitat Valenciana experimentó un incremento del 3,2% en 2017, continuando la tendencia de crecimiento observada en 2016 (+3,5% a/a). Los últimos datos disponibles apuntan a que el crecimiento se ha mantenido sólido en la primera parte de 2018, aunque se empiezan a ver síntomas de desaceleración. En particular, según el informe de BBVA Research actualizado a fecha 28 de septiembre, durante el primer semestre del año el PIB autonómico podría haber aumentado alrededor del 0,6-0,7% t/t promedio CVEC1, dos décimas por debajo del promedio registrado en 2017 y ligeramente por encima del conjunto nacional.

Con vistas al tercer trimestre, los indicadores disponibles señalan que continuaría la desaceleración de la actividad, que estaría experimentando un crecimiento en torno al 0,5% t/t CVEC. También la Encuesta BBVA de Actividad Económica en la Comunitat Valenciana muestra un empeoramiento de los saldos netos de respuestas en la actividad en el tercer trimestre del año, además de que las expectativas apuntan a que la desaceleración continuaría hasta el cierre del año.

En particular, este crecimiento de la economía valenciana cercano al 0,7 t/t se explica por el buen comportamiento de la inversión, y se produce a pesar del menor crecimiento del consumo privado y del turismo. Así, la inversión se aceleró en lo que va de año, sobre todo en lo referente a la construcción no residencial.

De la misma forma, la inversión en vivienda siguió dinámica, aunque este comportamiento no se ha trasladado aún a los precios, cuyo crecimiento se mantiene por debajo del promedio nacional. También el sector público ha aprovechado la recuperación económica para impulsar tanto el gasto como la inversión. Por el contrario, el consumo privado empezó a mostrar síntomas de desaceleración por el progresivo agotamiento de los factores que empujaron la demanda doméstica en los últimos años. Además, el sector turístico está experimentando crecimientos menores que el año pasado, aunque la desaceleración parece ser más suave que en otros destinos de playa españoles. A esto se añade el freno en las exportaciones no energéticas por la caída en el sector automotriz, en particular hacia Reino Unido.

Lo anterior apuntaría a que el crecimiento en 2018 se podría situar en el 2,7%, y alrededor del 2,3% en 2019. Diversos factores contribuirán a este avance. En el lado favorable, a pesar de los síntomas de desaceleración, continúa la recuperación global que debería impulsar las exportaciones y contribuir a mantener la mejora de la inversión productiva.

Junto a ello, la política monetaria seguirá siendo expansiva también durante este bienio, y es de prever un proceso de normalización lento y que los tipos de interés del BCE no empiecen a aumentar hasta la segunda mitad de 2019. Esto puede ser especialmente positivo para la construcción residencial.

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