Las primeras horas del expresidente del Gobierno Rodrigo Rato en la prisión de Soto del Real fue para cumplir el protocolo de entrada de cualquier preso en una cárcel, donde, antes de ser internado en el módulo de ingresos, es fotografiado, se le asigna un número y pasa un reconocimiento médico. Rato, que entró en la cárcel de Soto poco después de las 13.00 horas, para cumplir su condena de cuatro años y medio de prisión por el escándalo de las tarjetas «black» de Caja Madrid, fue conducido por el personal de la prisión para su registro.

Allí, el protocolo de Prisiones marca que se comprueba su identidad, se le toman las huellas y se le hacen fotos y se anotan sus datos en el libro de ingresos con un número asignado de interno, que empieza por 2018 al ser el año vigente de entrada en la cárcel.

Rato tiene que entregar, si hubiera entrado con ellas en la cárcel, pertenencias personales no autorizadas como llaves, móvil o cartera y dejar también a modo de consigna de forma voluntaria otros artículos de valor como el reloj o cadenas.

En ambos casos, estos objetos personales de Rodrigo Rato se guardarán en una caja fuerte. El interno podrá retirarlos cuando salga en libertad o entregarlos a un familiar que designe, según informa Efe.