Empresarios y autoridades se dieron cita ayer en el emblemático edificio Vele e Vents en el acto de bienvenida al Congreso Nacional de la Empresa Familiar que celebra hoy y mañana su vigésima primera edición en la ciudad de València, organizado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) en colaboración con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE). Precisamente, el presidente de AVE, Vicente Boluda, y la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de València, Sandra Gómez, pronunciaron anoche unas palabras de recibimiento a los asistentes, que, según declaró el propio Boluda, llegarán a una «cifra de récord» con más de 600 empresarios confirmados.

Esta edición arrancará sus actividades hoy en el Palacio de Congresos con la inauguración oficial a la que asistirán el rey Felipe VI, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig y el presidente del IEF, Francisco J. Riberas. El presidente de AVE destacó en su intervención el «papel determinante» de la empresas familiares en la recuperación del país y la «vocación exportadora» del tejido empresarial de la Comunitat Valenciana. Además de referirse a los sectores más tradicionales de la comunidad, como el mueble, la cerámica o la agroalimentación como base de la «actividad innovadora», Boluda destacó el papel de acogida de València de actividades empresariales relacionadas con las nuevas tecnologías y el emprendimiento.

Por su parte, Sandra Gómez, agradeció a la organización la elección de la ciudad como sede del congreso, asegurando que València se ha «sacudido» la reputación de «economía de casino» y que está impulsando una «economía real». Además, destacó el papel de la empresa familiar en el «dinamismo económico» y que solo en la Comunitat Valenciana, representa más del 91 % de las empresas y casi el 85 % del empleo. Unas cifras que se han mantenido pese a las dificultades que trajo la crisis y que las compañías «han convertido en resiliencia».

Atraer talento

Para la teniente de alcalde, València cuenta con una posición «privilegiada» para ser la capital de la «nueva economía» en el Mediterráneo y entre los objetivos marcados para lograrlo está atraer el talento e impulsar la inversión productiva para «competir en calidad y no en salarios».