En su batalla por mejorar su imagen, auténtico leit motiv de su vigésimo primer congreso nacional, la empresa familiar pretende empezar la lucha por la base y para ello se va a ir a la escuela. De hecho, ya ha comenzado. En Castilla y León, la asociación que agrupa a este colectivo ha llegado a un acuerdo con el gobierno autonómico para «intentar sembrar el espíritu emprendedor en los más jóvenes», según afirmó César Pontvianne, presidente de dicha organización, en el inicio de una mesa redonda sobre «El reto de despertar el espíritu empresarial en la escuela», en la que compartió escenario con el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, y el presidente de la Empresa Familiar de Madrid, Alberto Zoilo Álvarez.

«La sociedad nos ve como personajes de puro y chistera que solo pensamos en nuestro beneficio personal y eso es injusto», añadió Pontvianne, antes de recordar que la campaña se iniciará en enero entre alumnos de sexto de primaria. El moderador, Juan Corona, preguntó a los contertulios sobre qué le dirían a un joven para que cambiara su idea de la empresa. Boluda habló de transmitir la «cultura del esfuerzo y el conocimiento de que ser empresario es bueno y te permite seguir tu propio camino y conseguir tus sueños; hay que elevar la figura del empresario al nivel de quienes admiran», como algunos deportistas. Álvarez afirmó que primero se dirigiría a los profesores, a quienes los niños «hacen mucho caso», y a estos últimos «les explicaría historias bonitas, que tras una marca hay personas, esfuerzo y familias». Pontvianne cree que «hay que transmitirles lo que nos transmitieron nuestros abuelos; salir del armario, romperlo y contar lo que somos».

El 80 % de los jóvenes de Estados Unidos quiere ser de mayor empresario y en España, solo el 20 %. ¿Es por un déficit en el sistema educativo?, les preguntó Corona. Para Boluda es, sobre todo, un problema de cultura, dado que es distinta la latina que la anglosajona. También de legislación, porque en EE UU es «más simple y favorecedora para la creación de empresas». Por último, citó que en España está mal visto el fracaso mientras en Estados Unidos forma parte del aprendizaje. Mientras Álvarez y Pontvianne alabaron la sensibilidad de los departamentos de educación de los gobiernos madrileño y castellano-leonés respecto al proyecto de llevar la empresa familiar a la escuela, Boluda contestó: «En la Comunitat Valenciana mejor me callo».