P Ante una pared o un mural en blanco, ¿qué sientes?

R Ganas, inquietud.

P ¿Y qué sientes cuandolo observas una vez finalizado?

R Sólo en lo que se refiere a la técnica te puedo dar una respuesta concreta. Cuando hablamos de percepción y emoción es todo más líquido. Normalmente suele ser un sentimiento positivo. Siento satisfacción y sorpresa... También hay veces que me frustro porque el trabajo no fluye o el resultado no me convence€ Sea grande o pequeño el formato cada uno tiene lo suyo. Cuando es algo pequeño que hago sin pensar de forma más intuitiva e improvisando me divierte muchísimo el proceso y suelo ser menos crítica, no espero tanto porque cuando he empezado no sabia cómo iba a terminar y siempre tengo la opción de volver a pintar encima. Cuando el mural es de gran formato y lo miro de lejos dándome cuenta de la magnitud, me sorprendo a mí misma con lo que soy capaz de hacer.

P ¿Qué tiene la pared que no tiene el lienzo?

R A parte de que paredes hay de muchos tipos, tamaños y texturas. Que tienen una ubicación única, un contexto, barrio, orientación, muchos más condicionantes que un lienzo que a mí personalmente me estimulan. Que se deterioran, interfieren en el caminar, pensar y sentir de las personas que transitan las ciudades€ Que no se pueden vender, no pasa a ser un producto de mercado con el que especular.

P Con el aerosol o la brocha en las manos ¿aún te sientes libre o ya te pesa la responsabilidad de defender tu nombre?

R Más que la responsabilidad de defender mi nombre lo que me pesa es mi propia crítica [ríe] La necesidad de sentir que mi trabajo evoluciona, que cada vez soy capaz de superarme. En cuanto al acto en sí de pintar, algo que no ha cambiado mucho desde que empecé a pintar en la calle, es que cuando pinto hay momentos en los que mi mente se relaja al cien por cien, es como una meditación activa. Por otro lado cada vez es más complicado sentirme libre en lo que al estilo se refiere, sí que siento la necesidad de pintar y experimentar sin seguir mi estilo, trabajar con color y ritmo. Muchas veces pienso que me encantaría pintar abstracto.

P ¿Por qué te decantaste por el arte urbano?

R La realidad es que fue sucediendo poco a poco. Cuando estaba en la universidad mi investigación e inquietudes iban más enfocadas al trabajo con el cuerpo y el espacio, desde la danza, performance e instalación. Empecé a pintar en la calle por diversión, por juntarme con amigos, por adrenalina.

P ¿Ha dejado el arte urbano de ser transgresor? ¿se ha domesticado?

R Si cuando hablamos de arte urbano estamos hablando de aquellas manifestaciones artísticas en el espacio público que se hacen desde la espontaneidad, la libertad y el activismo rompiendo alguna ley o norma, todavía es un arte transgresor. Paralelamente a esto se desarrollan proyectos, eventos, festivales tanto públicos como privados que trabajan con artistas urbanos, pintores, ilustradores que toman el nombre pero no lo que desde mi perspectiva es la esencia del movimiento. Desde esta nueva perspectiva sí que ha perdido fuerza y la capacidad de impactar y generar debate sobre lo que queremos y no queremos en nuestras ciudades pero ha ganado otras cosas. Una ciudad con más arte en las calles es una ciudad mejor.

P ¿Cómo llevas que sea un arte efímero?

R Cuando empecé a pintar en la calle pintábamos muchas veces en muros ya pintados o sobre nuestros propios murales, es algo que para mi viene implícito en el acto de pintar en la calle, me ayuda a trabajar el desapego y a ser consciente del paso del tiempo. Los muros también envejecen y se deterioran.

P Artistas como tú convertís las calles en museos, acercáis el arte a un público neófito y la gratificación que recibís es la admiración del viandante. A día de hoy, ¿ya has cumplido con todos tus sueños?

R ¿Todos mis sueños? Necesitaría varias vidas para eso.

P ¿Dónde te gustaría pintar y qué obra te gustaría que se pudiera ´indultar´?

R Puestas a imaginar€Me encantaría pintar una pirámide en Egipto o una Stupa en Nepal. Me habría encantado que se indultara alguna de las fallas infantiles que hice.

P ¿Por ser mujer has tenido más limitaciones que un hombre o el reconocimiento te ha llegado más tarde?

R La limitaciones están en nuestra cultura, en la educación, en la conciencia colectiva, hay un gran trabajo de romper esquemas aprendidos que nos limitan. Es un trabajo que tenemos que hacer tanto hombres como mujeres pero las limitadas somos nosotras. Yo he tenido la suerte de nacer en una familia y crecer en un contexto que me ha dado alas.

P ¿Qué se esconde detrás de las coloristas y soñadoras mujeres que pintas?

R Se esconde lo que cada persona sienta al mirarlas, no hay una lectura cerrada. Esas mujeres son las protagonistas de sus propias aventuras que sueñan con la transformación que necesita el mundo que las rodea.