Si no hay acuerdo en las próximas tres semanas, la aerolínea valenciana Air Nostrum afrontará los días 23, 26 y 30 de noviembre la primera huelga de su historia. El sindicato de pilotos Sepla anunció ayer tres jornadas de paro por el desvío de su producción a otras aerolíneas.

Los pilotos critican que la aerolínea está derivando vuelos interinsulares de Iberia Regional en Baleares a la aerolínea maltesa MedOps, que es del mismo grupo que lidera Carlos Bertomeu, accionista principal de Air Nostrum.

Según los pilotos, la compañía anunció que aumentaría su flota hasta 48 aviones, sin embargo solo dispone de 39 porque, aseguran, los nuevos se están derivando a estos otros servicios.

Para Sepla, esta externalización está provocando una precarización del empleo, ya que los contratos que se realizan bajo otras aerolíneas están excluidos del convenio de Air Nostrum, además de añadir el problema de que «pilotos con menos experiencia» pueden alcanzar el nivel de comandante.

También criticaron que Air Nostrum está cediendo rutas que operaba para Iberia Regional a otras aerolíneas como Canary Fly, DAT, DOT y Fly Compass, lo que supone «menos producción» para ellos, que ven peligrar sus puestos de trabajo.

Lo cierto es que este paro previsto llega en el peor momento para Air Nostrum, que se encuentra en plena fase de negociación con la aerolínea irlandesa CityJet para crear un gran holding de aviación regional europea. De sus resultados actuales depende el equilibrio de poderes que se establezca en esa fusión, en la que Carlos Bertomeu pretende ser el actor dominante para tener una posición de fuerza dentro del proceso de concentración que se avecina en Europa.

La compañía valenciana la mentó ayer a través de un comunicado la «injustificada e irresponsable» decisión de los representantes de los pilotos. La empresa tilda de «radical» la posición de Sepla, y defiende la legitimidad de la operativa de Air Nostrum: «La dirección desmiente que haya habido incumplimiento de compromisos adquiridos por parte de la empresa y consideran falaces los motivos aducidos para realizar esta convocatoria, que enmascaran el intento del Sepla de controlar la producción de la compañía», reza el comunicado.

La empresa reivindica tanto el incremento de actividad (un 10% más de pasajeros), como de flota, con cinco nuevos CRJ 1000 este año y el refuerzo de la plantilla: 17 nuevos pilotos, con otros ocho más hasta el 31 de diciembre.

Air Nostrum recuerda que se comprometió por escrito a proteger el empleo en el colectivo de tripulantes técnicos de Air Nostrum en caso de que se produjera una reducción del número de operaciones frente a las compañías externas. «La aviación comercial es un modelo de negocio con altos costes fijos que deben poder reducirse rápidamente en caso de cambio de tendencia para preservar el empleo», defiende. De ahí la externalización de carga de trabajo, una forma de flexibilidad.

La aerolínea critica que la huelga se enmarca en la negociación del convenio colectivo, atascado tras 20 reuniones, y añade: No se trata de una huelga reivindicativa sino de la escenificación de una protesta de un colectivo que pretender controlar la organización del trabajo de la empresa.