La recuperación económica se consolida también entre las pequeñas y medianas empresas. Si en los primeros años de la crisis fueron las grandes compañías las que protagonizaron los mayores avances, ahora la mejoría alcanza también a los negocios de menor tamaño, generalmente más dependientes de la demanda interna, hasta el punto de que cuatro de cada diez prevé aumentar sus ventas el próximo año frente a un reducido 2,8% que aún teme una caída de su facturación.
Así lo refleja el Informe Pyme España 2018 de la Fundación para el Análisis Estratégico y el Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa, en colaboración con Aeca y Cepyme; y en el que han participado, entre otros, los profesores del grupo de investigación ProCrea de la Universidad Miguel Hernández de Elche José María Gómez Gras e Ignacio Mira Solves.
Un estudio que confirma «la opinión empresarial de que nos encontramos en una fase de crecimiento consolidada», según apunta el propio documento. Eso sí, una mejoría que, de momento, se nota más en las cuentas de resultados que en las plantillas. De esta forma, según el informe, hasta el 40,9 % de las pymes prevé un incremento de sus ventas para el próximo ejercicio, otro 56,3% espera repetir los mismos resultados de este ejercicio y sólo un 2,8 % prevé una caída de sus ingresos.
Sin embargo, sólo un 21,4 % ha incrementado su plantilla frente al 74,4 % que ha optado por mantenerlo. En cualquier caso, los que contratan son muchos más que los que aún ven la necesidad de recortar empleo, que sólo son un 4,2 %, de acuerdo con las respuestas ofrecidas por las 1.136 pymes que participaron en la consulta.
No obstante, esta falta de traslación directa del aumento de la facturación al volumen de empleados también trasluce, según explica el documento, «el fortalecimiento de una cultura empresarial en la que el crecimiento busca su soporte en el aumento de la productividad». Es decir, que son capaces de lograr más con menos personal.
Más allá de las cifras generales, el estudio también analiza las expectativas de las pymes según diversas variables como su tamaño, antigüedad o el nivel de estudios de su gerente. De esta forma, son las empresas de tamaño mediano -las que tienen 50 o más trabajadores- las que se muestran más optimistas, con un 52,47 % que asegura que mejorará su facturación y un 34,5 % que prevé incrementar plantilla. Por el contrario, las micropymes son las más moderadas, con sólo un 32,43 % que prevé mejorar sus ventas y un 11,35% con perspectivas de nuevas contrataciones. Eso sí, los porcentajes de firmas que prevén caídas en uno u otro indicador son residuales en todos los tramos.
Asignaturas pendientes
Todo ello lleva a concluir que la situación de las pymes en estos momentos es «moderadamente optimista», según el catedrático de Organización de Empresas de la UMH y uno de los autores del informe, José María Gómez Gras. Una opinión que también refrenda el presidente de la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (Uepal), Juan José Sellés.
«Está claro que hay un cambio de actitud y que la confianza ha aumentado», señala Sellés quien, aún así, advierte de la necesidad de realizar cambios para mejorar la productividad de las pequeñas y medianas empresas.
