CaixaBank prevé reducir en los próximos tres años 821 oficinas urbanas, un 18 % de la red actual, lo que implicará un importante ajuste de plantilla que la entidad evitó concretar. CaixaBank quiere seguir creciendo, y apuesta por la digitalización y por ofrecer el mejor servicio a los clientes, pero este objetivo pasa por el redimensionamiento de su red comercial, uno de los ejes del nuevo plan estratégico 2019-2021, que el presidente del banco, Jordi Gual, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, presentaron ayer a prensa, analistas e inversores en Londres.

CaixaBank, que tenía 5.358 oficinas en 2014, tanto urbanas como rurales, prevé cerrar este año con 4.461 sucursales y situarse en 2021 con 3.640. Este ajuste se canalizará principalmente con la reducción de unas 820 oficinas en zona urbanas, lo que conllevará una «inevitable» reducción de plantilla que CaixaBank, que cuenta actualmente con más de 32.000 empleados, aún no ha cuantificado.

Excedente

«Va a resultar un excedente de plantilla en que buscaremos negociar con los sindicatos la mejor manera de hacerle frente», declaró en rueda de prensa Gonzalo Gortázar, quien destacó que «la hipótesis más razonable» es que este proceso de reestructuración se lleve a cabo de forma «gradual» y «tranquila». Fuentes de la entidad financiera con sede en València precisaron a este diario que no se conoce en este momento el reparto del cierre de sucursales por autonomías, ya que no hay cuotas territoriales. Lo que sí se sabe es que se cerrarán las oficinas más pequeñas para concentrar el negocio en establecimientos más grandes. La entidad es el banco con la red más grande de entre los que operan en la Comunitat Valenciana.

CaixaBank apuesta en esta nueva etapa por mantener la red de AgroBank, es decir las sucursales situadas en poblaciones de menos de 10.000 habitantes, actualmente formada por unas 1.100 oficinas que representan el 24 % del total. «Queremos mantenerla porque pensamos que es importante para muchos españoles que viven en zonas rurales, para que tengan acceso a servicios financieros y porque la inclusión financiera es parte de nuestra vocación», dijo el primer ejecutivo de CaixaBank.

No obstante, Gortázar recordó que la entidad necesita operar con menos personas y que también en la red de AgroBank será necesario aplicar medidas de flexibilidad para que el servicio siga siendo viable a largo plazo. Para ello, pidió «la ayuda y la comprensión» de los sindicatos: «Si no lo tenemos, tendremos que plantearnos medidas que no nos gustan», advirtió.

Asimismo, CaixaBank quiere extender en las ciudades su modelo de oficina Store, que son sucursales más grandes, enfocadas a la atención personalizada al cliente y con un horario de apertura más amplio. En este sentido, prevé pasar de las 285 oficinas previstas a cierre de 2018 hasta las 600 en 2021. «Para ser exitosos como banco vamos a tener que dar el mejor servicio al cliente», dijo Gortázar.