El récord de 6,7 millones de pasajeros de 2017 en València quedó pequeño. 2018 ya ha batido esa marca. Ayer, de hecho, la alemana Lufthansa dejó en Manises al pasajero 7 millones, una cifra simbólica que fue celebrada con pompa. Más allá de la anécdota, que València haya alcanzado esta magnitud no es casual. En los últimos cinco años, la apuesta de las compañías ha hecho pasar de 5,7 millones de asientos comercializados en 2013 a 9,1 millones este año. Un crecimiento anual del 10% sostenido durante un lustro.

Las cifras de crecimiento, de un 15,4%, duplican la media española, de un 6,9% en los dos últimos años. También el promedio de Europa occidental, de un 5,8%.

En realidad, el aeropuerto de València se ha situado a la cabeza europea por capacidad aérea de su segmento, el de aeropuertos que comercializan entre 8 y 12 millones de asientos. Solo el aeropuerto chipriota de Larnaca ha tenido un crecimiento mayor en asientos disponibles (17%) durante el último año.

Congreso de aviación regional

La tasa de crecimiento promedio para este grupo de aeropuertos (Nápoles, Bristol, Charleroi y Glasgow) es del 6%. Así se desprende del informe Valencia: going from strength to strength, elaborado por los organizadores independientes del congreso de aviación regional que acoge València los días 3 al 5 de diciembre y al que ha tenido acceso Levante-EMV.

¿Dónde están las causas del crecimiento del aeropuerto de València? Hay que buscarlas en la conversión de València en una ciudad de referencia europea para el turismo. La capital que en 2008 comenzaba a asomar al calor de grandes eventos como la Copa América o la Fórmula 1, tenía en el tráfico doméstico su mayor cuota. El 44% de los pasajeros eran españoles. Solo el intercambio con 9 países (Italia, Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Rumania, Bélgica, Suiza y Portugal) superaban los 50.000 viajeros/año. Hoy, prácticamente el 75% de los movimientos es internacional. Y se ampliado hasta 13 los mercados que mueven al año más de 50.000 pasajeros, con la incorporación de Turquía, Rusia, Polonia o Marruecos se han unido.

El tráfico doméstico, pese a la pérdida de protagonismo, sigue creciendo. En el último lustro ha experimentado un crecimiento de 2 a 2,6 millones de asientos, pese a que el AVE se ha llevado gran parte del tráfico València-Madrid, hasta el punto de que aquel corredor aéreo de tráfico pesado hoy mantiene a Air Nostrum como único operador.

Es el tráfico internacional el que más tira. Más de un millón de los 1,2 millones de nuevos asientos de este 2018 van y vuelven del exterior. La apuesta de las aerolíneas por València y el incremento de la competencia tras la liberalización del sector ha disparado el número de rutas desde o con destino Manises. Para esta campaña de invierno se han incorporado 13 nuevos destinos. Destaca, por ejemplo, la apuesta por Viena, con tres compañías operando esa ruta; o la mayor conexión con Tánger y Fez, en Marruecos, más allá de la hiperconexión con Italia y con Reino Unido.

La conectividad con Europa no para de crecer. Vueling, el segundo operador en València, anunció ayer mismo un vuelo a Catania (Sicilia) para la próxima temporada de verano, además de rutas a las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. Sumado a los anuncios previos (Ryanair volará a Cagliari, Burdeos, Fez, Tanger, Nantes), Lauda a Viena, Aegan a Atenas y British Airways a Heathrow (Londres), València ya cuenta con 12 nuevas conexiones confirmadas para la próxima temporada de verano.

En cuanto a los retos, además de crear rutas con Escandinavia, un mercado de alto poder adquisitivo que demanda el sector, Manises tiene pendiente recuperar líneas intercontinentales, como el siempre deseado València-Nueva York. No es la única vía abierta. El embajador de Qatar en España desveló antes del verano que Qatar Airways estudia implantar un vuelo directo entre Doha y València.

Por otro lado, el informe elaborado para Turismo València especula con la posibilidad de que una aerolínea como Fly Dubai pudiera fijarse en València. Más sólida es la convicción de las autoridades locales por trabajar en un vuelo a medio plazo con China.

De momento, esa carencia de vuelos de largo radio la cubre la buena conectividad con los aeropuertos internacionales (hub) que hacen de lanzadera a todos los destinos del mundo, con una gran apuesta de Lufthansa por Fráncfort. Con la anunciada incorporación de Heathrow, en 2019 habrá conexión con doce hub.