¿Quién emprende en la Comunitat Valenciana? Los datos indican que los hombres siguen siendo mayoría entre los nuevos empresarios, con un 59,1% del total. Del mismo modo, frente a la imagen que se ha formado en los últimos años asociando el emprendimiento a los más jóvenes, los datos indican que la mayoría de quienes se lanzan a esta aventura superan ya los cuarenta, en concreto, la edad media es de 43 años. También son mayoría quienes tienen estudios univesitarios (42,4%) y hasta un 60% se preocupa por obtener formación específica sobre emprendimiento antes de poner en marcha su negocio, algo que no ocurría hace unos años. Lo que no varía es la intención de lanzarse a la aventura empresarial en solitario (63,3%) frente al 30,9% que lo hace en compañía de otro socio o el 5,8% de los negocios que cuenta con tres socios en su nacimiento. Por lo que respecta a la fuente de financiación, casi la mitad tira de la familia y un 26% acude a los amigos.

Así lo refleja el informe Global Entrepreneuship Monitor (GEM) 2017 de la Comunitat Valenciana, que señala que el volumen de emprendedores de la autonomía se situó el año pasado en su nivel más bajo de los últimos 12 años, es decir, desde que se elabora este estudio.

Un mínimo histórico que los máximos responsables del informe, los investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche José María Gómez Gras e Ignacio Mira Solves, atribuyeron ayer «al proceso de estabilización y normalización» que se está produciendo en este terreno con la recuperación económica, tras el «boom» que se registró durante la crisis ante la falta de alternativas laborales.

Durante 2017 solo un 3,3% de la población adulta de la autonomía estuvo involucrada en algún negocio de reciente creación, esto es, con menos de 42 meses de vida en el mercado. Son cinco décimas menos que el año anterior y la cifra más baja de la serie que se remonta a 2006.

Máximo histórico

En este sentido, la gráfica muestra que el nivel de emprendimiento alcanzó su máximo poco antes de estallar la burbuja inmobiliara, en 2007, cuando hasta un 8,4% de la población participaba en algún proyecto empresarial reciente. La cifra se desplomó drásticamente hasta el 4,9% en los primeros años de la recesión, para dispararse nuevamente hasta rozar el 7% en 2011, cuando la prolongación de la crisis empujó a muchos a buscar en el autoempleo un salida a una situación de desempleo. Desde entonces se ha reducido a medida que crecían las ofertas laborales por cuenta ajena.