La Generalitat quiere tomar cartas en el ámbito citrícola tras el desastroso inicio de la campaña 2018-2019 -una vez más- y que ya ha provocado pérdidas económicas que las organizaciones agrarias elevan hasta los 160 millones de euros. El Ejecutivo autonómico pondrá en marcha durante los próximos cinco años, entre otras medidas, un plan de reconversión varietal en el sector ante las graves dificultades de ventas en el mercado que tienen las variedades más tempranas de mandarinas por el exceso de oferta y la competencia de las importaciones del cono sur (sobre todo de Sudáfrica).

Por el momento este anuncio del Consell -que no cuenta con dotación presupuestaria- estudia la posibilidad de aprobar ayudas a los productores para un programa que conllevaría una profunda transformación de las explotaciones valencianas. La Comunitat prevé producir esta campaña 1,89 millones de toneladas de naranjas (+22,8%); las mandarinas alcanzarán 1,6 millones , con un aumento del 34,2% en satsumas y del 29,4% en el caso de las clementinas. La administración autonómica quiere una distribución de variedades citrícolas que apueste por las más rentables y con mejores perspectivas de comercialización.

El gobierno de Ximo Puig prevé instar a la Comisión Europea a revisar el acuerdo comercial de la UE con Sudáfrica y que permite a este país colocar sus productos en el viejo continente en condiciones ventajosas. Además, propone que el Ejecutivo comunitario reclame a los terceros países reciprocidad en el cumplimiento de normas fitosanitarias y laborales, así como compensaciones económicas en las rentas de los agricultores valencianos. Y pedirá al Gobierno central que reduzca la carga fiscal en el IRPF por las lluvias.