Los vientos de desaceleración del crecimiento ya empiezan a percibirlos los economistas de la Comunitat Valenciana, que se muestran ligeramente pesimistas sobre la evolución de la economía autonómica y la española. La última encuesta realizada por el colegio que agrupa a ese colectivo en la Comunitat Valenciana revela, dentro del aprobado general, un menor entusiasmo que en ocasiones anteriores. Así, la valoración cae del 5,48 al 5,32 en el caso de la autonomía y del 5,66 al 5,46 en el del conjunto de España.

Esta tendencia es más acusada en la previsión para los próximos seis meses, ya que la economía valenciana entraría en zonas de suspenso, con un 4,96, por debajo del 5,01 de España.

Sobre los problemas que aquejan a la economía autonómica, los consultados sitúan en primer lugar la inadecuada dimensión y estructura de las empresas. A continuación figura el paro, que hasta ahora ocupaba la primera posición, seguido por el déficit de infraestructuras y comunicaciones. Muy cerca de estos tres, en lo que el Colegio detecta como un indicador del ya citado pesimismo, aparece la demanda

Por otro lado, ocho de cada diez economistas entiende que el traslado de empresas desde Cataluña, entre ellas las sedes de CaixaBank y el Sabadell, ha sido beneficioso para la Comunitat Valenciana. Solo un 1,77 % de los encuestados atribuye escasa importancia a este hecho iniciado en octubre del año pasado como consecuencia de la deriva independentista.

Otra cuestión de actualidad es la venta de armas a Arabia Saudí tras los embargos de varios países por la muerte del periodista Jamal Kashoggi. En este caso, solo el 31 aboga por no venderlas.