«Ha sido el único impulso de la recuperación económica de la zona del euro», en un momento en que no había otras fuentes de crecimiento, dijo Draghi. A finales de diciembre el BCE habrá adquirido bonos por valor de 2,6 billones de euros.

En opinión de Draghi, la expansión cuantitativa, que esta semana el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que era legal, forma parte de las herramientas de política monetaria del BCE y podría ser utilizada en el futuro de nuevo en caso necesario.

El programa no excede el mandato del BCE y no incumple la prohibición de financiación a un Estado miembro, según la Justicia europea, pese a las dudas del Constitucional alemán. Draghi indicó que los tipos de interés habían bajado antes de que el BCE empezara a comprar grandes cantidades de deuda, pero después de aplicar el programa de expansión cuantitativa disminuyeron más.

El BCE decidió adquirir grandes cantidades de deuda de la zona del euro, sobre todo deuda soberana, porque los países de la periferia estaban siendo penalizados por el mercado y los tipos de interés que tenían que pagar para refinanciarse eran muy altos, pese a que el BCE había bajado mucho el precio del dinero tras la crisis financiera.

Superada esta, el crecimiento se ha debilitado desde hace algún tiempo, constató el italiano Draghi. También manifestó que se mantiene la incertidumbre por factores geopolíticos, el proteccionismo, las vulnerabilidades de las economías emergentes y la volatilidad en los mercados financieros. El mercado espera que la normalización de la política monetaria del BCE será lenta y gradual, debido al reciente debilitamiento económico. Pese a dejar de comprar deuda, el BCE seguirá en el mercado porque va a reinvertir los bonos adquiridos que vayan venciendo.