Ford busca ser rentable en 2019 y por eso iniciará en breve su plan de recortes de miles de puestos de trabajo y de reorganización de actividad en Europa, que arrancará con los ajustes en Alemania, Francia y Reino Unido. La multinacional estadounidense anunció ayer que acometerá despidos, todavía sin concretar -emplea a 53.000 trabajadores en el viejo continente, de los que casi 8.000 pertenecen a Almussafes- pendientes de la negociación con los sindicatos. Y por el momento no se menciona el impacto laboral en la planta valenciana.

Lo que sí ha dejado claro el presidente de Ford Europa, Steven Armstrong, es que la reducción de costes estructurales y el plan de sostenibilidad para volver a los beneficios pasan por el rediseño de sus fábricas para adaptarlas a tres clases de vehículos: comerciales (es decir, furgonetas), familiares y eléctricos e híbridos. El resto de vehículos para ofrecer a sus clientes los importará de otras fábricas del mundo de la firma del óvalo. Esa decisión deja en el aire el futuro de dos modelos en la planta valenciana, S-Max y Galaxy, monovolúmenes que representan el 10 % de la carga de trabajo. Con todo, y tras una inversión de 750 millones de euros, Almussafes -que produce 400.000 unidades anuales- realizará el nuevo Kuga, que representa más del 50 %.

El secretario general de la sección sindical UGT-Ford Carlos Faubel, aseguró ayer al término de la reunión del comité de empresa intercentros, celebrada en Colonia, que la dirección de la firma de la automoción todavía no ha determinado una «cifra exacta» de recortes de plantilla por países y que a España le tocará negociar en los próximos meses, ya que la reunión del comité europeo de ayer se centró en los planes de Alemania y Reino Unido. Entre los puntos que maneja la compañía, se encuentran el cierre en agosto próximo de la planta de Burdeos (Francia) -que emplea a unos 800 personas- y el fin de la producción del modelo C-MAX y Grand C-MAX en la de Saarlouis (Alemania) -lo que podría afectar a unos 1.600 trabajadores- , un posible abandono de su actividad en Rusia, en la joint venture Ford Sollers, así como la «consolidación» de su negocio en Reino Unido, donde solo fabrica motores y cuenta con centros de diseño, tecnología y componentes.

Negociaciones laborales

El dirigente de la sección sindical mayoritaria de Ford Almussafes es consciente de que la planta valenciana tendrá que negociar en algún momento de los próximos meses de este año recortes en la factoría, que incluirá programas de prejubilaciones y bajas voluntarias, ya que no está exenta del adelgazamiento de la estructura de la compañía en el resto de Europa. Según Faubel, el hecho de que en estas primeras decisiones no se haya mencionado a Almussafes -en referencia de la reunión de ayer- es «una buena noticia», pero no quiere decir que esté «exenta», ya que 2019 va a ser «bastante complicado» y ya ha comenzado con un ajuste a la demanda que se ha reflejado en un expediente de regulación temporal de empleo durante el primer trimestre de 2019 ante la caída de ventas.

Ford Europa está iniciando «consultas formales» con su consejo laboral y los sindicatos y está «comprometida» a cooperar con todos los actores implicados para poner en marcha su estrategia empresarial para Europa, aseguró el principal dirigente de la compañía a través de un comunicado. Según Armstrong, el plan de Ford busca mejorar la «rentabilidad a corto plazo» y un «negocio más competitivo para el futuro», y apunta que la división europea aspira a largo plazo a un margen de beneficio neto de explotación del 6 %.

En plena campaña de descarbonización del medio ambiente en toda la Unión Europea y del desplome en la demanda de los diésel, Ford quiere ofrecer vehículos totalmente eléctricos e híbridos para todos los modelos y abandonar las líneas de producción menos rentables.

Los planes de Ford Europa han puesto en vilo a la industria auxiliar del automóvil de la Comunitat Valenciana.